Las imágenes del tifón Yolanda recuerdan a las del tsunami del océano Índico de 2004. En esta ocasión, el huracán ha dejado una estela de caos y muerte en Filipinas, cuyo número de víctimas podría ascender a más de 1.000 muertos, según estimaciones de Cruz Roja.
Se trata de valoraciones de los colaboradores de la organización que se encuentran en las zonas afectadas, subrayó el presidente de la organización local, Richard Gordon. «Hay muchos cadáveres y no hay tiempo de contarlos», indicó el responsable.
Por el momento, la cifra oficial de muertos fue elevada ayer por la agencia de gestión de desastres a 138, tras el centenar de víctimas comunicadas anteriormente.
El portavoz de la agencia, Reynaldo Balido, anotó, sin embargo, que se espera que la cifra aumente a medida que las fuerzas de rescate llegan a las zonas afectadas.
Según las autoridades, 118 de los fallecidos eran de la provincia oriental de Leyte, la más dañada por el tifón, mientras otros 16 murieron en la vecina Samara Oriental. Otras cuatro murieron en otras cuatro provincias diferentes.
Los testigos informaron que en los departamentos más afectadas hay cuerpos por todas partes. «Hemos enviado sacos de cadáveres a la región», indicó Eric Tayag, del Ministerio de Salud. «Estamos viendo dónde enterrar a los muertos, quizás en una fosa común», añadió.
Según un trabajador de la ONU que llegó a Tacloban, una de las ciudades con más daños, «Yolanda ha dejado una devastación comparable a la del tsunami», que barrió la zona en 2004, cuando murieron 220.000 personas, contó Sebastian Rhodes Stampa.
En su opinión, las labores de rescate serán muy difíciles porque hay coches y escombros por todas partes y las calles son intransitables. Solo se puede acceder a los afectados con helicópteros.
Las autoridades siguen sin tener una idea exacta del alcance de los daños 24 horas después, porque ni siquiera los teléfonos satélites funcionaban salvo de manera esporádica. Se desconoce por completo la situación de los habitantes de las islas apartadas y tampoco si hay extranjeros entre las víctimas.
El Papa Francisco llamó ayer a rezar por las víctimas. «Les pido a todos que se sumen a mi oración por las víctimas del tifón», escribió en su cuenta de Twitter en inglés.
También líderes mundiales como la canciller alemana, Angela Merkel, o el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, manifestaron su solidaridad.
Igualmente, tanto Estados Unidos como el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso ofrecieron ayuda. El organismo europeo ha enviado ya expertos para apoyar a las autoridades y está dispuesto a enviar más aportación si se la solicitan, avanzó.
Filipinas sufre cada año una media de unos 20 tifones. Yolanda siguió ayer su curso natural sobre el mar de China Meridional en dirección al vecino Vietnam. Allí fueron puestos en alerta 450.000 soldados y medio millón de personas fueron evacuadas de las zonas costeras. Se espera que el ciclón llegue hoy al país.
