Gestionar la ingente y prolífica labor cultural y social de la extinta y recordada Obra Social de Caja Segovia no fue tarea fácil después de que los avatares económicos y un cúmulo de controvertidas decisiones políticas acabaran con la entidad de ahorro. Desde entonces, la Fundación Caja Segovia abordó una dura travesía del desierto plagada de incertidumbres sobre su viabilidad, que finalmente derivaron en el mantenimiento de esta entidad gradias al esfuerzo y la colaboración de personas y entidades vinculadas a su historia.
En 2022, la Fundación vuelve a dar un giro de timón y cambia su denominación para pasar a llamarse Fundación Torreón de Lozoya, con el objetivo no sólo de concretar la definitiva desvinculación con su origen bancario, sino con el de potenciar y relanzar los proyectos sociales y culturales que emanan de su actividad diaria.
2022 fue para la Fundación Torreón de Lozoya el año de la consolidación de sus actividades y de la recuperación de la perdida normalidad tras dos años de crisis sanitaria. Su presidente, Javier Reguera reconoce que ha sido una etapa “difícil” para la Fundación, que ahora comienza a recuperar no sólo el pulso de la actividad, sino también a un público fiel que hace posible el éxito de cualquier convocatoria que se realiza vinculada a las Bellas Artes.
Numeros cantan. En 2022, la oferta cultural de la Fundación Torreón de Lozoya a través de sus distintas propuestas -exposiciones, conferencias, conciertos…- fue recibida por más de 60.000 personas, siendo las exposiciones temporales dedicadas a la obra de Tolouse-Lautrec- y de la fotógrafa Cristina García Rodero las que mayor número de personas alcanzaron, con 19.000 y 16.000 visitas respectivamente. La exposición de belenes de las pasadas fiestas de Navidad ha congregado también una alta participación, cifrada en más de 16.000 personas, y la dedicada a los 300 años de historia de la Real Fábrica de Tapices fue visitada por más de 10.000 personas.
Las exposiciones temporales constituyen el principal reclamo de la actividad de la fundación, que ya trabaja para ultimar los detalles de su plan expositivo para el presente año recién comenzado, aunque Reguera señaló que “aún es pronto” para dar a conocer detalles
El aspecto económico de la gestión de la Fundación ha conseguido encauzarse después de unos años de incertidumbre en el que el importante peso patrimonial que se conservaba de la Obra Social de Caja Segovia suponía una losa para las previsiones de futuro. El horizonte comenzó a aclararse con la progresiva rentabilización de su patrimonio a través de venta o alquiler de inmuebles siendo el ejemplo más reciente el de la cesión del Palacio de Mansilla –antigua sede del Colegio Universitario Domingo de Soto- a IE University, que en breve emprenderá las obras de remodelación de sus instalaciones como sede de una residencia estudiantil.
Así, el presupuesto que la Fundación maneja para el presente año, que alcanzará los 830.000 euros, estará cubierto en un 54 por ciento de la rentabilización del patrimonio, mientras que el 26% procede de los ingresos propios de las actividades de la fundación (matrículas de cursos, venta publicaciones, alquileres de espacios) y el resto de las colaboraciones externas, siendo Caixabank quien capitaliza esta aportación, centrada principalmente en las ayudas a Proyectos de Acción Social.
El escollo a salvar ahora por la Fundación en materia de patrimonio se centra en los locales que posee en el Centro Comercial Mahonías, cuya venta o alquiler se antoja “complicada” debido a su estado de conservación y a la actual crisis inmobiliaria. “Tenemos mucho espacio allí, y el reto está en buscar fórmulas imaginativas que nos permitan poder ofrecerlos con garantías, porque el resto del patrimonio inmobiliario que tenemos está ya produciendo ingresos”.
De igual modo, indicó que los locales de los centros sociales que Caja Segovia tenía repartidos en la provincia han conseguido salvar su actividad gracias a la firma de convenios de colaboración con los ayuntamientos para la gestión de los inmuebles, de manera que siguen prestando su actividad dinamizadora en los pueblos .
Los centros Corpus y si@, arte e innovación
La pandemia también ha permitido recuperar la actividad en los centros sociales que la Fundación mantiene en la capital, donde el arte, la creatividad y la innovación se dan cita para formar y entretener a los segovianos. La pintura, la música, la meditación o las nuevas tecnologías se dan cita en estos espacios culturales ubicados en la Calle Real y en la plaza del Cristo del Mercado, por las que han pasado más de 2.600 personas organizadas en 461 grupos que han participado en las 148 propuestas entre actividades y talleres, a la s que se suman en el caso del Centro Social Corpus las más de 3.400 personas que disfrutaron de la oferta expositiva de este centro.
En el Centro Social Corpus, la salud, la formación, la creatividad o la tradición han amalgamado la oferta del pasado año, con cursos y talleres impartidos por reputados profesionales como uzía Molina, Ana Melo, Marta Revuelta , Antonio Girón o Paloma Montero entre otros.
El Centro Si@ del Cristo del Mercado ha hecho posible el acceso a internet y a las nuevas tecnologías a través de cursos y programas de formación en distintos niveles, así como actividades de meca-informática y robótica destinadas a niños y jóvenes que han podido conocer los rudimentos de esta ciencia en expansión.
