El Ayuntamiento de Segovia reconoce desde hace años un problema de fondo: la red de abastecimiento de agua potable en la ciudad acumula décadas de antigüedad y requiere una renovación progresiva que, hasta la fecha, ha avanzado con lentitud. Las averías registradas en los últimos meses en calles principales como Ezequiel González o la avenida Vía Roma, o el arreglo que se está llevando a cabo desde hace tiempo en la calle de la Plata han devuelto el debate a la actualidad. Todas ellas tienen un elemento en común, ya que discurren sobre tramos de fibrocemento, un material que ha sido descartado desde hace años por su fragilidad estructural una vez superadas las cuatro o cinco décadas de servicio.
“Somos conscientes de que los anteriores equipos de Gobierno no han invertido lo que tenían que invertir en la red de abastecimiento”, afirma el concejal de Obras, José Luis Horcajo, en declaraciones a esta redacción. Según sus datos, cuando el actual Equipo de Gobierno llegó al Consistorio en 2023, la ciudad contaba con 51 kilómetros de conducciones de fibrocemento. Hoy, esa cifra se ha reducido a aproximadamente 48. El objetivo es seguir reduciendo esa extensión mediante una hoja de ruta que combina fondos locales, autonómicos y europeos.
Una vida útil de 40/50 años
El fibrocemento, un material muy usado en las décadas de los 60 y 70, ha sido identificado por informes como el del Canal de Isabel II como altamente vulnerable una vez alcanzada cierta antigüedad. El Plan de Renovación de Redes 2020–2030 de esta entidad indica que el 78% de las roturas en conducciones primarias con más de 40 años se producen en este tipo de tuberías. La AEAS (Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento) también urge a su sustitución progresiva, advirtiendo que más del 40% de la red nacional tiene una antigüedad superior a los 30 años.
Las tuberías de fibrocemento superan su vida útil, y la acumulación de roturas en puntos concretos obliga a revisar el plan de renovación
En Segovia, los puntos de mayor vulnerabilidad están ya identificados. Las zonas con mayor presión, como el paseo Ezequiel González o Vía Roma, están particularmente expuestas a reventones. La combinación de temperaturas altas, presiones no reguladas y materiales envejecidos multiplica el riesgo de averías. “Cuando hay variaciones de temperatura en verano y el fibrocemento se reseca, es más fácil que se quiebre”, explica Horcajo.
Desde junio sin tregua
En el último año, las principales incidencias han sido significativas. El 2 y el 9 de junio, el paseo Ezequiel González sufrió dos averías consecutivas, obligando a cortes de suministro, despliegue de cisternas y grifos provisionales. El 8 de julio, se registraron tres roturas simultáneas en la calle Doctor Hernando, la Plaza del Centro Segoviano y el Jardín Botánico. En todos los casos, las conducciones implicadas eran de fibrocemento. También se ha intervenido en La Albuera, Santo Tomás y otras zonas con tramos especialmente antiguos o sin reguladores de presión.
Desde el Ayuntamiento se defiende que, a pesar del contexto heredado, ya se están dando pasos en firme. Parte de los fondos de cooperación local de la Junta de Castilla y León se destinan a actuaciones sobre las redes de agua. De hecho, uno de los dos fondos de cooperación local que recibe Segovia se dedica exclusivamente a mejorar la red hídrica. La otra partida se dedica al asfaltado. “Son dos de las carencias más importantes que estaban muy abandonadas”, afirma el concejal.
En paralelo, el Ayuntamiento ha solicitado fondos europeos a través del Plan de Acción Integral (PAI) vinculado a la Agenda Urbana, con la vista puesta en Nueva Segovia, otro barrio con conducciones de fibrocemento pendientes de sustitución. “Queremos acometer cuanto antes esa intervención”, señala Horcajo, quien insiste en que no solo se actúa tras cada avería, sino que se trabaja en una planificación a medio plazo para toda la ciudad.
Renovación lenta
El reto, sin embargo, es notable. A una media de renovación de poco más de tres kilómetros al año, y con 48 kilómetros por sustituir, el calendario se prolonga durante más de una década. En este sentido, la AEAS advierte que muchas ciudades están lejos del ritmo de renovación necesario para mantener la red en condiciones operativas. La media nacional se sitúa en el 0,6% anual. Por debajo del 1,5% que la propia asociación considera mínimo para la sostenibilidad del sistema.
En Segovia la situación no es excepcional comparada con otras ciudades, pero sí es delicada por la complejidad de intervenir en zonas de alto valor patrimonial
En Segovia, la particularidad del casco histórico complica además las intervenciones. Las restricciones urbanísticas, la densidad del tráfico peatonal y la presencia de elementos patrimoniales exigen actuaciones muy cuidadosas. No obstante, las zonas periféricas y los barrios construidos en la segunda mitad del siglo XX concentran el grueso de las redes de fibrocemento, por lo que se espera avanzar con mayor agilidad en esas zonas.
A todo ello se suma la necesidad de modernizar el conjunto del ciclo del agua. “Las carencias no están solo en las tuberías, sino en todo el sistema”, concluye Horcajo. El Ayuntamiento estudia la eficiencia de la red, las pérdidas de caudal, la gestión de presiones y la necesidad de contar con un sistema más resiliente ante eventos extremos. El problema surgido en el mes de marzo por turbidez en el agua, que afectó a más de 17.000 vecinos de los barrios altos, es una muestra de los retos más amplios que afronta la red hídrica de la ciudad. Horcajo no deja pasar la ocasión para hacer una crítica al anterior Equipo de Gobierno, con una comparativa que comienza a ser bastante común: “Con los 30 millones que costó el CIDE tendríamos dinero de sobra para sustituir toda la red de tuberías de fibrocemento”.
Trabajo en los polígonos
La renovación de las redes de abastecimiento de agua no afecta únicamente a las zonas residenciales. El Ayuntamiento ha comenzado a intervenir también en los polígonos industriales, donde buena parte de la red sigue siendo de fibrocemento. La actuación más avanzada se localiza en el polígono de Hontoria, donde ya se ha completado una primera fase y se encuentra en ejecución la segunda, financiada con fondos de cooperación local de la Junta de Castilla y León.
“El de Hontoria era todo de fibrocemento y daba muchas averías. Si queremos aumentar la presión para desarrollar nuevas áreas comerciales, necesitamos una red en condiciones”, explica el concejal de Obras. La tercera fase ya está en redacción y se espera que permita dar cobertura tanto a La Costanilla, uno de los objetivos del actual equipo de Gobierno, como al futuro desarrollo del polígono de Prado del Hoyo, que dependerá de la iniciativa privada.
La tercera fase se espera que permita dar cobertura tanto a La Costanilla como al desarrollo del polígono de Prado del Hoyo
La estrategia municipal pasa por anticiparse a las necesidades de abastecimiento que requerirán nuevas instalaciones y empresas, al mismo tiempo que se reduce la siniestralidad de la red existente. Las conducciones de fibrocemento, al igual que en el casco urbano, han demostrado una elevada tasa de averías, especialmente en temporadas de mayor consumo o cambios bruscos de temperatura.
El Ayuntamiento trabaja con una doble finalidad: mejorar el servicio actual y garantizar el futuro crecimiento económico. La sustitución de tuberías en estos entornos industriales se presenta como una condición previa para atraer inversiones, evitar interrupciones y asegurar una presión adecuada.

En paralelo a Hontoria, el equipo de Gobierno ha solicitado ayudas europeas dentro del Plan de Acción Integral para abordar otras zonas como Nueva Segovia, y prevé continuar utilizando los fondos autonómicos para completar las fases pendientes.
“De los dos fondos de cooperación local con los que contamos, uno de ellos siempre va a ir para asfalto y otro va a ir para las redes de tuberías, que son dos de las carencias más importantes”, afirma Horcajo. “En el anterior mandato del PSOE solo se asfaltó en periodo electoral antes de las elecciones. Nosotros ya vamos ahora a lanzar ya el segundo plan de asfalto para el que vamos a invertir un millón de euros”.
