Las administraciones siguen tropezando en sus concursos de obra pública con la misma piedra, la de los precios, principalmente, en las pequeñas actuaciones del medio rural de Castilla y León. Más de 200 licitaciones se quedaron desiertas este año al no encontrar ninguna empresa constructora interesada en ejecutarlas, principalmente por sus bajos presupuestos, lo que dejó en el aire unas inversiones que rondan los 40 millones de euros en la Comunidad.
La situación, lejos de corregirse, se mantiene e incluso se agrava en Castilla y León, aunque la crisis de suministro de materiales y el encarecimiento de las materias primas ha remitido, como refleja la reducción de la inflación tanto en España, como en Europa. Los datos de la Cámara de Contratistas muestran que continúa la tendencia alcista de licitaciones fallidas en una comunidad con un amplio medio rural, alejado de los núcleos urbanos.
El presidente de la Cámara de Contratistas de Castilla y León, Enrique Pascual, explicó que los concursos desiertos rondan el seis o siete por ciento del número de obras que salen a contratación en la Comunidad, si bien en los próximos años esperan que alcance el diez por ciento. Sin embargo su impacto económico no es tan elevado puesto que la administración local, que acomete proyectos de menor envergadura, es la que está teniendo más dificultades para encontrar constructoras que acepten sus ofertas.
Por ello, el sector lanza a ayuntamientos y diputaciones el aviso de que deberán subir los precios si quieren que las empresas asuman el riesgo que supone llevarlas a cabo. La explicación, según Enrique Pascual, radica en que son actuaciones alejadas de las ciudades, lo que obliga a las empresas a tener que desplazar a sus profesionales o a contratar en el lugar, algo complicado, puesto que en esas zonas tienen problemas para encontrar mano de obra. A todo ello se suma la competencia de las empresas en un momento en el que la demanda supera la capacidad de trabajo, lo que les lleva a elegir las más rentables.
Los problemas de contratación de nuevas infraestructuras o reformas se mantienen en la Comunidad, de acuerdo a los datos recabados por la Cámara de Contratistas de Castilla y León, que de enero a noviembre registró 187 concursos desiertos en la Comunidad, por lo que estima que serán más de 200 al cierre de los datos de 2024. De ellos, 18 correspondieron a la Administración central, frente a los 27 de la autonomía y los 142 de la local, la que está registrando más dificultades, con bastante diferencia, para encargar sus obras este año.
La local, la más perjudicada
En el último balance, con datos del 30 de noviembre, la Cámara de Contratistas ha detectado 18 licitaciones del Estado que quedaron desiertas en Castilla y León con un importe de 4,18 millones.
La Junta suma 27 actuaciones sin ofertas de empresa, por lo que ha tenido que proceder a anular estas licitaciones que suman más de 11,47 millones.
Más de 21,3 millones de euros se quedaron sin adjudicatario por parte de ayuntamientos y diputaciones provinciales de la Comunidad entre enero y noviembre de este año. De los 142 concursos fallidos por no recibir ninguna propuesta, destaca uno lanzado por el Ayuntamiento de Ávila, por 1,45 millones, para la reforma del pabellón deportivo de San Antonio.
Revisar los precios
El presidente de la Cámara de Contratistas lanzó un aviso a los técnicos municipales y responsables de ayuntamientos y diputaciones para que revisen los precios con los que ofertan sus obras para evitar que se queden desiertas. “Es necesario que añadan un plus en sus concursos si quieren que las constructoras acepten trabajos en proyectos más pequeños”.
Además, advirtió de que es necesario priorizar las inversiones por parte de las administraciones en el medio rural, para evitar que la brecha con las zonas más desarrolladas y dinámicas se amplíe más con el paso de los años.
Las cifras de 2024 empeoran el balance de 2023, cuando la Cámara de Contratistas contabilizó un total de 170 obras desiertas en Castilla y León, con una inversión total acumulada de 47,93 millones.
