Si algo ha definido a esta pandemia es su facilidad para romper hasta los más resueltos vaticinios. Es muy difícil de predecir su evolución, ya que su tendencia cambia con relativa facilidad y en periodos muy cortos de tiempo. Marzo, como fue diciembre, es un perfecto ejemplo de esta evolución cambiante. El mes inició su andadura con las mejores perspectivas, una primera semana que contabilizaba el menor número de casos de todo 2021 y una tendencia de los casos decreciente que permitía soñar con una relativa calma futura.
Por desgracia, esta optimista perspectiva no duró. Casi nada, se debe añadir.
Si se mira tan solo a los registros del mes, marzo representa un parcial muy propicio. Reduce los casos de su precedente a la mitad (de 1.164 positivos de febrero a 584, una caída del 49,83%) que a su vez había rebajado de manera sustanciosa los gravísimos datos de enero.
Esta alegre visión se distorsiona por completo al revisar la evolución semanal del mes, que si bien no elimina la benévola verdad que es la reducción de los casos respecto a febrero, proyecta un futuro mucho menos halagüeño.
Marzo ha empeorado los datos en todas sus semanas a medida que avanzaba el periodo, es un hecho. Además, desde su segunda semana rompió con la evolución a la baja que se venía dando durante todo febrero. De esta forma, los primeros siete días se registraron 71 casos, el siguiente parcial 77, 195 el tercero y el último trecho de mes y las primeras jornadas de abril arrojaron 307 positivos.
Las cifras en sí no son excesivamente abultadas si se comparan con las de enero, pero en esta ocasión se debe revisar la tendencia alcista exponencial y no solo los números. Con estas cifras es fácil ser pesimista ante el futuro poco propicio que presenta abril, más cuando en sus primeros días este nuevo mes ya ha demostrado que la tendencia alcista no solo no se revierte sino que se acelera (89 casos este domingo, una cifra mayor que la registrada durante los siete días de la primera semana de marzo).
Este repunte puede desembocar en una nueva ola, todavía no es seguro, pero lo que sí es incuestionable es que este incremento de los casos va a traer nuevas restricciones que volverán a recaer sobre los sectores económicos más afectados. Ni un mes ha durado la desescalada, por no hablar que los datos hospitalarios, en especial los de las UCI, todavía no están para grandes excesos.
En cuanto a las muertes provocadas por la pandemia, marzo tendrá el honor de ser uno de los meses con menos fallecimientos relacionados con la Covid-19, un total de seis. Todo lo contrario que el mismo mes de 2020, el que lo inicio todo.
A remarcar también que fue el primer mes después de muchos sin que la pandemia dejara muertes en las residencias de mayores de la provincia, excepcional noticia que no puede ser entendida sin que se atienda al ‘factor vacunas’.
El coronavirus todavía no ha salido totalmente de las residencias a tenor de los últimos datos de la Junta a este respecto, pero ya se puede decir que la presencia del patógeno es anecdótica gracias a que la gran mayoría de usuarios de los centros de mayores y los empleados están inmunizados contra una enfermedad que se ha ensañado desde su inicio con estos espacios.
Precisamente una de las buenas noticias que dejó el mes es el gran número de vacunas puestas y las perspectivas de que abril avance aún más en esta cuestión. Más vacunas, más esperanza; más incidencia, más restricciones y muertes. Se espera un abril difícil, ya se verá hasta que punto.
Datos semanales y mensuales contradictorios

Los datos que ha dejado marzo se parecen mucho a los contabilizados por diciembre. Ambos meses rebajaron las cifras de sus parciales precedentes a la mitad, pero por vieron como se revertía su tendencia decreciente por una evolución al alza, un repunte que en diciembre que sirvió de antesala de una nueva ola.

En este caso, es difícil predecir si los datos de marzo anticipan un nuevo incremento exponencial de los positivos por Covid-19, pero este, de momento, leve aumento también coincide con un periodo festivo como es el de Semana Santa (al igual que diciembre a la Navidad). Las semejanzas están ahí, por lo que ahora hay que centrarse en que no se repitan los errores pasados del mes de diciembre y que el repunte de marzo no termine convirtiéndose en una ola tan devastadora como fue la tercera. Abril resolverá todas estas dudas con unas próximas semanas que serán muy definitorias.
