El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, realizó ayer un llamamiento a preservar el espíritu de concordia de la Constitución, al tiempo que reivindicó la validez del texto como “herramienta de futuro”. Así de rotundo se mostró durante un acto celebrado en el Palacio de Congresos del Real Sitio de San Ildefonso, en el que el Partido Popular aprobó la Declaración de La Granja, un documento que destaca la “estabilidad alcanzada por España en estos 36 años de vigencia de la Carta Magna”.
Rajoy clausuró el acto en presencia de cerca de 500 personas entre presidentes autonómicos y del PP, ministros, y otras personalidades destacadas del partido que preside el gallego, los conocidos como ‘barones’, así como una amplia representación de políticos de Castilla y León, personalidades de la política segoviana y alcaldes de un buen número de municipios de la provincia.
En su intervención, el presidente del Gobierno trasladó los argumentos del partido que preside en defensa del texto actual y se mostró dispuesto a reformar la Constitución “si lo exige el interés general o el desarrollo del proyecto común europeo”, al tiempo que recordó que “colaboramos en las dos reformas que ha tenido y apoyaremos cualquier reforma a futuro si ello fuera necesario”. Eso sí, afirmó que la Constitución “no es intocable pero no es un juguete y no admite ni bromas ni frivolidades”.
En este sentido, alertó contra las “ocurrencias y eslóganes” del PSOE, que, según el jefe del Ejecutivo “pide reformar la Carta Magna pero sin concretar nada” y advirtió sobre los “adanes que pululan hoy en España, que se creen que todo empieza con ellos”, en referencia a Podemos.
“Nada vino sin esfuerzo y generosidad. Salió bien porque fuimos responsables, supimos pactar, ceder y tener la grandeza de espíritu para ganar todos”, afirmó para agregar que ante el “negativismo a ultranza de algunos que desmotiva y paraliza, debemso centrarnos en los que se ha hecho bien”.
Sin corbata y dejando tiempo al auditorio para los aplausos y ovaciones, el jefe del Ejecutivo quiso así poner en valor el texto constitucional porque, a su juicio, es “lo mejor que han hecho los españoles, sigue tan viva como siempre y ha propiciado la mayor etapa de progreso de la historia de España”.
En este sentido, el presidente del Gobierno afirmó que España ha pasado de ser el “farolillo rojo” de Europa a encabezar el crecimiento económico en el continente. “En diferentes foros internacionales, hace cuatro años me preguntaban cuándo íbamos a pedir el rescate económico y ahora me felicitan por la recuperación”, señaló.
Al respecto, Rajoy recalcó que “la palabra clave son las reformas, una agenda completa y ambiciosa de reformas en todos los frentes” que, a su juicio, ya están dando “un fruto cierto”.
CARTA PARA EUROPA
En un discurso con continuas referencias al proyecto europeo, Rajoy manifestó que la Constitución fue el “pasaporte” de España para Europa. “Nos hizo iguales y nos abrió la puerta. Constitución y Europa son dos conceptos que no se pueden divorciar”, exclamó.
El jefe del Ejecutivo, dedicó parte de su discurso a responder al proceso soberanista en Cataluña, y subrayó que para el Partido Popular “no es negociable la soberanía nacional, la unidad de España, los derechos fundamentales de los españoles y la igualdad de todos”.
En este sentido, el presidente del Gobierno insistió en que hay que hablar de Europa y no de “encajes o acomodos como piden algunos en España”, manifestó y aprovechó para avisar a los nacionalistas e independentistas catalanes que “ya no es tiempo de mirarse en el ombligo de los autóctono, ni de poner el énfasis en las diferencias, ni de fomentar los aislamientos”. “Yo no rechazo las diferencias ni las variedades”, continuó y agregó que “en ninguna parte se cultivan más y con mayor libertad que en España y la Constitución las tuvo en cuenta”.
Según Rajoy, en todos los países civilizados, por encima de las diferencias que disgregan está la igualdad y la soberanía que cohesiona, concluyó.