Hay dos explicaciones posibles, o los espinariegos son muy golosos y les encanta el dulce, o en época de crisis las cocineras se vuelcan en crear platos que animen un poco la cara. El caso es que el concurso gastronómico logró una gran afluencia de participantes.
En la modalidad de postres se presentaron quince platos, todos con una apariencia increíble. En la modalidad de platos con sal entraron en concurso seis platos, con bases culinarias muy variadas. Este año, la novedad fue introducir un premio a un plato “anticrisis”, es decir, que los ingredientes costasen poco dinero o fuesen realizados con restos de otros platos.
Con todo este espectáculo sobre la mesa tuvo que lidiar el jurado, representado por miembros de la Asociación de Cocineros de Segovia y otros de El Espinar.
Una de las habituales participantes de este tipo de concursos, María Ángeles Mateos, se llevó tres premios (los dos primeros a la presentación y degustación en platos con sal, por un pudding de mejillones, y otro de degustación en postres, por una tarta mousse de moka). La madre de María Ángeles, Juana Hernández, se llevó otro premio, en este caso con unas judías con gambones (tercer premio a la degustación de platos con sal). En este último apartado, el segundo premio fue para Rosa Domenech por unas Delicias de Boletus. El jurado dio el primer premio de postres a María del Carmen Portal, por una Tarta de Tres Chocolates; y el segundo a Silvana Hernando, por su Gaznates de Leche.
El premio a la presentación a los postres fue para Agustina Molina Hernando, que concursaba con Pasta Flora. Y en los platos anticrisis, el pan que sobra cada día en las casas sirvió para elaborar dos platos de coste muy bajo, un Flan de Pan, receta de Pilar de la Puente, y el otro unas Tortillas de Pan Dulce, que tenían una gran presentación gracias a la buena mano de su cocinera, Elena Corrales.