Con la valentía de lo inmediato, Marco Rodríguez no dudó demasiado a la hora de seguir la estela de los favoritos en la prueba del domingo en Olías del Rey (Toledo), al paso por el segundo puerto de la jornada. “No me lo pensé y me fui con ellos”, explica el ciclista segoviano, que terminó la etapa en novena posición, tercero de la categoría sub-23. “Eran corredores de mucho nivel, gente con más calidad que yo en este momento, pero estar con ellos te enseña a mantener la tranquilidad y a estudiar cómo crees que van a reaccionar”. El puesto es meritorio en una prueba de 125 kilómetros con 170 corredores. El también segoviano Rubén Calle llegó en el segundo grupo, en la 37ª posición.
Con la idea de legitimar a los patrocinadores, la idea del equipo EC Magro, que llevó a 15 corredores a Olías del Rey, era correr delante. “Queríamos estar en todas las escapadas para salir en las redes sociales que retransmitían la carrera en directo. Por eso gastamos un montón de corredores”, explica Rodríguez. Calle entró con otro compañero en una fuga que sucumbió pocos kilómetros antes de que se marcharan los favoritos.
La carrera fue “bastante nerviosa” al no haber ningún equipo fuerte que la controlase. La fuga caminó varios kilómetros al filo de la navaja, con menos de medio minuto de ventaja respecto al pelotón, pero se acabó distanciando y logró una máxima de dos minutos y medio a 15 kilómetros de meta. Rodríguez contó con un claro hándicap: el resto de los equipos tenían doble representación en la escapada. “Estaba en la posición más débil. Me tocó jugar la baza de dejar hacer y aguantar a rueda”.
La fuga, que aguantó en pie porque en ella estaban representados los tres mejores equipo, con sus líderes, llegó a los últimos dos kilómetros con 10 integrantes. A falta de 800 metros, el segoviano atacó en solitario. “Ya me fallaban las fuerzas, así que probé suerte, aunque me echaron mano enseguida”. Los dos segovianos volverán a correr el próximo fin de semana en Asteasu (País Vasco), una prueba puntuable para Copa de España.
