España vivió en Maracaná una de las derrotas más dolorosas de los últimos tiempos, en la final de la Copa Confederaciones frente a una selección de Brasil que simplemente fue mucho mejor, consciente de que se encontraba ante su mayor reto de los últimos años.
El primer tiempo cumplió con todos los pronósticos, con una selección brasileña absolutamente entregada a la presión, peleando cada balón como si fuera el último. Así llegó el 1-0, tras un centro desde la derecha de Hulk por el que pelearon Neymar, Fred, Arbeloa y Piqué. Con el balón muerto a un metro de Casillas, Fred, desde el suelo, acertó a conectar su remate para superar al capitán español y llevar el delirio a la grada.
La intensidad de Brasil en la presión dejó a la selección española sin respuesta. Con Mata y Xavi casi desaparecidos, todo el peso del juego de La Roja pasaba por los pies de Iniesta, al que entre Luiz Gustavo y Paulinho sacaban de su zona de influencia por las buenas, o por las malas. Además, cada pérdida española significaba una peligrosísima contra montada en tres toques. Oscar tuvo el 2-0, pero su remate se fue desviado, y Paulinho hizo intervenir a Casillas con una vaselina casi mortal.
Los problemas se le acumularon a España cuando Arbeloa vio la primera tarjeta amarilla por una acción sobre Neymar. Con el lateral español amonestado, el peligro por la banda derecha del combinado nacional era evidente, porque el nuevo crack del Barça hizo lo que quiso con el lateral del Real Madrid. Así, Neymar le puso un balón en bandeja a Fred, que se encontró con Casillas en otra acción eléctrica de la canarinha.
Poco a poco Brasil fue retrasando sus líneas, acumulando hombres en apenas veinte metros de terreno. Con España desactivada, la única acción verdaderamente peligrosa del equipo de Vicente del Bosque vino de una combinación entre Torres y Mata, que vio perfectamente a Pedro solo por la banda derecha, y le entregó un balón que le dejó solo ante Julio César. Pero cuando ya se cantaba el empate a uno después de que el remate del jugador canario superara al portero local, apareció David Luiz para sacar el esférico de la misma raya. Poco después, en otro nuevo contragolpe brasileño, Neymar se sacaba un zurdazo de la manga que dejó sin respuesta a Casillas, llevando el partido al descanso con la clara ventaja brasileña.
Todo al revés
Los primeros minutos del segundo tiempo fueron un calco del inicio del choque, con Brasil presionando con insistencia, y marcando el 3-0 en su primera llegada al área de Casillas, que no pudo despejar un remate cruzado de Fred tras la enésima pérdida de balón cerca del área española.
El choque pudo haber cambiado si Sergio Ramos hubiera marcado el penalti que Marcelo cometió sobre Jesús Navas, pero su lanzamiento se marchó fuera. España arriesgó entonces, adelantando la línea defensiva, pero el cansancio de los hombres del centro del campo era ya patente, y Brasil se encontró con una autopista para lanzar sus contragolpes. En uno de ellos, Piqué derribó claramente a Neymar, y se marchó a la ducha dejando a España casi media hora con un hombre menos.
El partido terminó en ese momento, ya que pese a que Brasil continuó presionando la salida del balón de España, sus jugadores ya no tuvieron la precisión en el último pase como para comprometer aún más a Casillas, que pese a ello tuvo que realizar varias intervenciones de mérito, al igual que Julio César en la otra portería. España perdió de manera clara la final de la Confederaciones, y ya sabe cómo se las gastará el anfitrión del próximo campeonato del mundo que se celebrará en 2014.
