Las elecciones del próximo 20 de noviembre suponen la décima primera ocasión desde la transición a la democracia en la que los españoles pueden elegir con sus votos los diputados y senadores que les representarán en las Cortes Generales. Mucho han cambiado las campañas electorales desde entonces, como han cambiado España y la provincia de Segovia en estos treinta y cuatro años.
Borrados han quedado del espacio político actual partidos, coaliciones y formaciones que tuvieron un gran peso en las primeras convocatorias electorales, como Unión de Centro Democrático (UCD) o Alianza Popular (AP), así como otros minoritarios que concurrieron a los comicios de los años setenta y ochenta y, aunque en el caso de Segovia, llegaron a conseguir miles de votos, nunca obtuvieron representación parlamentaria. Se trata, por ejemplo, del Partido Agrario Español (PAE) o el Partido Ruralista Español (PRE). Otros, como el Partido Comunista de España han concurrido desde 1986, en coalición con otras formaciones y políticos de izquierdas, con las siglas de Izquierda Unida (IU).
Un político veterano y experimentado en el Senado como Clemente Sanz Blanco (Partido Popular), que ha sido senador en cinco legislaturas, desde el año 1989, recuerda sus primeras elecciones como candidato porque se produjeron “en un momento interesante”. Por primera vez el Partido Popular concurría con esas siglas, aunque puede considerarse heredero de AP y otras formaciones liberales y de centro derecha.
En este sentido, algunos políticos de la extinta UCD se mantenían fieles al “centrismo”, que tanta figuras de primer nivel tuvo en una provincia de la que no en vano fue gobernador civil el ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez. Modesto Fraile y Rafael de las Heras, protagonistas indiscutibles de la historia de la provincia en los primeros años de la democracia, ocupaban los primeros lugares de las listas del Centro Democrático y Social (CDS).
Sanz Blanco recuerda que le unía con Fraile una amistad de muchos años y que, a pesar de la importante victoria del PP en Segovia, “lamenté en lo personal que no consiguiera el escaño”.
Al igual que otro ex senador por la provincia, el socialista Arturo González, considera que las campañas electorales eran entonces “más cercanas a la gente, había mucha más relación entre candidatos y los votantes”. Ambos coinciden en que los candidatos recorrían casi todos los pueblos de la provincia y el ex senador popular recalca el vínculo estrecho que en los ochenta y noventa había con los alcaldes, porque “un buen resultado electoral, también en unas elecciones generales, estaba del lado de las actuaciones en los municipios”.
Arturo González, que antes de ocupar un cargo público ya estaba curtido como dirigente del PSOE en la provincia, considera que en los últimos comicios “se ha ido perdiendo ese contacto personal, más humano, con los votantes”.
“Añoro aquellos tiempos porque creo que la credibilidad de un político, de un candidato, se consigue cuando habla personalmente con una persona, le mira a los ojos y le da un apretón de manos”, explica el que fuera senador por Segovia hasta 2008.
Añade, además, que las campañas de hace un par de décadas se hacían con muy pocos recursos, “al menos en el PSOE de Segovia, donde en ocasiones los propios candidatos tenían que poner de su bolsillo dinero para gasolina o para megafonía…”.
Con la distancia que da el estar apartado de un cargo público, Clemente Sanz señala que durante su trayectoria en el Senado distingue entre dos momentos o situaciones completamente diferentes, ya que no es lo mismo formar parte del grupo parlamentario del partido en el Gobierno que estar en la oposición. En este sentido, reconoce que “las intervenciones cuando estás haciendo labor de oposición son más vivas, menos sometidas a controles”.
Este político segoviano, gran conocedor de la Cámara Alta, considera necesaria “una reforma urgente de su funcionamiento, pero no como quieren algunos nacionalistas, en base a la población de sus comunidades”. El ex senador popular cree que ha llegado el momento también de modificar otras instituciones como el Consejo de Estado, el Tribunal de Cuentas e incluso la administración territorial (diputaciones y comunidades autónomas), para evitar gastos inútiles.
Por su parte, González rememora la dureza de la campaña del 96, la primera en la que fue elegido: “Se vivía un momento de crispación, el PP no dejó fuera de la campaña temas de Estado como Defensa o terrorismo, era la época de los GAL, de casos de corrupción, etc. Además había una crisis económica, aunque no comparable a la actual”.
recorrido del voto Un gráfico del recorrido político del voto en Segovia en unas elecciones generales mostraría un mapa azul con mancha roja, aunque, matizando, hay que indicar que UCD fue la fuerza mayoritaria hasta su desmembramiento en 1982. El PSOE ha sido siempre la segunda fuerza política de la provincia, aunque precisamente en esos primeros comicios de los ochenta, los del “cambio”, que auparon a Felipe González a la Presidencia del Gobierno, si bien su candidatura obtuvo unos mil votos menos que AP-PDP al Congreso, la del Senado consiguió una victoria importante, con tres senadores frente a uno de la coalición conservadora, única ocasión en la que se ha producido ese resultado.
En el 86 la derecha marca ya la pauta que iba a repetirse a partir de entonces, ya que el PP ha ganado las elecciones generales en Segovia, de forma ininterrumpida, desde 1989. Hasta ahora su techo electoral se ha situado en los 54.367 votos que obtuvo la candidatura al Congreso en 2000, el 57,48% del total de votos válidos.
El mejor resultado del PSOE en Segovia se produjo en 2004, con 39.976 votos, el 39,94% de los válidos emitidos para la Cámara Baja.
El CDS fue la tercera fuerza política de la provincia en las elecciones generales del 82, 86, 89 y 93, llegando a alcanzar más de 20.000 votos en junio de 1986. A partir de entonces IU tomó el relevo en esa posición, siendo su mejor resultado los 8.808 votos que consiguió la coalición de izquierdas en 1996.
Por otro lado, un escaño en el Senado por Segovia requiere al menos 18.673 votos, que fueron los obtenidos por Santiago Ballesteros (PSOE) en 1979, aunque en las últimas convocatorias se ha situado por encima de los 37.000.
