FOTOS: Manuel Riosalido
Hay miradas que ven más que otras y esa es sin duda la de Manuel Riosalido. Dos décadas de ejercicio profesional como fotógrafo dejan un sinfín de instantáneas que aparte de pasar al archivo histórico de la ciudad de Segovia, ofrecen una visión absolutamente completa de la vida de una época.
Fotógrafo de origen madrileño, ejerció profesionalmente desde los años 40 hasta los 60: dos décadas de piezas inconfundibles y de incalcublable valor. Fue su muerte la que le truncó la carrera: Riosalido fallece en 1964. Llegó a Segovia en 1944, donde ubicó su estudio, ‘Foto Rio’, un lugar emblemático de este periodo. Fue fotógrafo oficial del Ayuntamiento de Segovia, de la Diputación Provincial y de la Academia de Artillería. Además, ejerció como corresponsal de la Agencia EFE, de la Agencia Torremocha y colaborador del Anuario Español del Gran Mundo.
El magnífico espacio del Torreón de Lozoya, concretamente su sala de caballerizas, acoge hasta el 31 de marzo una singular y valiosa colección de fotografías acordes a este periodo del año: una mirada a la Semana Santa segoviana. ‘Una mirada al pasado’ es el título bajo el que se encuentra esta colección compuesta por medio centenar de instantáneas de las procesiones segovianas. Recoge así todos los momentos más importantes de esta cita religiosa y popular en la capital, cómo comenzaban sus procesiones desde el Domingo de Ramos para continuar con la procesión denominada ‘De los Pasos’, que tenía lugar entre el Jueves y Viernes Santo. Viendo esta muestra de las décadas centrales del siglo XX, se puede comprobar cómo ha cambiado la Semana Santa segoviana, pero cómo se mantiene intacta su esencia. Como era particular en las fotografías de Riosalido, además de captar lo importante o una figura central, en este caso pasos y cofrades, era capaz de congelar con su cámara las miradas de esos cofrades, de las manolas, y los gestos de cada una de las personas retratadas, así como espectadores de este acontecimiento religioso y social. Pueden contemplarse vecinos de la capital, al igual que al estamento militar y organizaciones políticas, que no faltaban a cada uno de los actos programados. Esta muestra es fruto de la colaboración de las fundaciones Torreón de Lozoya y Rodera Robles, Junta de Cofradías, Ayuntamiento de Segovia, Junta de Castilla y León, CaixaBank y Archivo Foto Rio, que juntos han hecho posible contribuir al ambiente cofrade en la capital durante este mes de marzo.
Hace pocos meses sus fotografías visitaron la villa de Cuéllar en una exposición que aglutinaba los encargos de Luis Felipe Peñalosa, el entonces delegado provincial de Bellas Artes. Peñalosa quería documentar el patrimonio histórico, decadente, admeás de las calles y actividades de los vecinos. Lo hizo en un momento importante, previo a la gran despoblación del medio rural; la mayoría de las instantáneas que llegaron a Cuéllar fueron tomadas en 1953 y han lelnado las apredes de la sala Tenerías de la localidad.
Las fotografías de Riosalido han logrado sorprender ya a multitud de segovianos tanto en la ciudad como en la provincia en las múltiples exposiciones que se han realizado bajo varias temáticas y ediciones. En todas ellas se han elegido periodos diferentes que representan la vida natural de Segovia, su gente y manera de vivir. Centenares de personas han sido espectadores de estas instantáneas que siguen recorriendo pueblos que a su vez han sido protagonistas de algunas de esas fotografías. Contemplarlas ha generado la curiosidad de otros vecinos que conocieron esa época y la de los más jóvenes, ávidos de conocer una diferencia genracional a través de la imagen, como impera hoy en día.
Además de recoger la vida de Segovia para sus diferentes destinatarios institucionales, retrató bodas, bautizos, actos de todo tipo, también castrense, en una ciudad como Segovia, tan marcada por la vida militar. Sin duda, su mirada ha ayudado a comprender cómo era la vida en los años 40y 50 en la capital y en la provincia, dejando un archivo de inigualable valor. De hecho, el Archivo Fotográfico Rosalido cuenta con 210.000 negativos en blanco y negro – la mayoría de ellos de 35 mm- de los cuales están digitalizados 168.000; el resto están en vías de digitalizarse hasta completar la labor.







