sábado, 22 noviembre 2025
  • Segovia
  • Provincia de Segovia
  • Deportes
  • Castilla y León
  • Suplementos
  • Sociedad
  • Actualidad
  • EN

Manuel Fernández Fernández -Releo

por Redacción
27 de septiembre de 2019
en Opinion, Tribuna
MANUEL FERNANDEZ FERNANDEZ
Compartir en FacebookCompartir en XCompartir en WhatsApp

La Segoviana defiende el liderato en Abegondo

El Dibaq CD Base vuelve a la senda de la victoria

No, no voy a defender con este titular la costumbre de cada cierto tiempo volver a leer un libro ya leído, aunque lo considere, sano y divertido, al menos cuando la memoria va reduciendo grado de eficacia que primero olvida autor e incluso título, después argumento, poco más tarde si lo leyó o no, y finalmente no haber oído ese título, pues es plausible costumbre de “poner en valor” la biblioteca personal y de actualizar nuestro archivo de conocimientos algún día adquiridos, pero que el tiempo va dejando en la nebulosa que forman las células de hipocampo y corteza cerebral…, simplemente voy a comentar este programa de préstamo, o intercambio, en cadena, de libros de texto en los centros escolares.

Básica y llanamente consiste en que cada alumno deja, gratuitamente, en una especie de banco de libros, los textos que usó durante el curso, a la vez que recibe, así mismo gratuitos, los que va a necesitar en el curso entrante. Algo similar al servicio de préstamo de libros de las bibliotecas públicas, pero de mayor “embergadura” para estudiantes y para el erario familiar.

El mecanismo no puede ser más sencillo, pues sólo se necesita personal que se encargue de, cada final de curso, recoger los libros utilizados, y cada principio de curso distribuirlos. Esta loable auténtica obra social, en cierto modo similar a los roperos sociales, que tanto dinero ahorra a las familias, normalmente la llevan a cabo las AMPAS de cada centro. Desde estas líneas quiero aplaudir y agradecer la desinteresada labor de estas personas que dedican parte de su tiempo a que cada hogar no vea con preocupación los principios de curso, máxime con los elevados precios que han alcanzado los libros de texto, y no digamos en las, aunque cada vez menos frecuentes, familias numerosas, o con más de un hijo en edad de estudios.

Es un ejercicio de solidaridad, que además del ahorro familiar es una lección y ejemplo para los escolares, que se habitúan a no tirar los libros que ya han utilizado, a conservarlos como este mejor amigo del hombre merece, pues han de estar en “estado de revista” para ser traspasados, reutilizados, apreciar el sentido del ahorro, e incluso a igualar disponibilidades de los diversos hogares, pues es una cadena anónima de ceder y recibir donde nadie es más ni menos que nadie. Por supuesto para garantizar el buen cuidado de estos libros, se revisa el estado en que se reciben y se justifica en el que se devuelven.

Sin embargo esta actividad tan sencilla y encomiable, tropieza con el malestar, e incluso oposición, por el gremio de libreros que ve disminuir la venta de libros escolares, que cada inicio de curso supone un buen porcentaje de su ejercicio, acudiendo a legislación sobre intrusismo profesional. Yo entiendo que intrusismo sería, lo es, que los centros vendan, incluso con precios especiales o determinados descuentos, los libros escolares, que lógicamente sólo pueden venderse en librerías o comercio del ramo que para ello están autorizados y pagan sus impuestos.

Por otra parte, y ya saliendo del ámbito socio económico, al reutilizar los libros se evita la proliferación de los ya usados, que ni caben en las bibliotecas familiares, con lo que se reduce el consumo de papel. Si a esto lo añadimos la condición, que debería ser sine qua non, de que estos libros escolares fueran de papel reciclado, sería un buen ahorro energético, un servicio a la ecología y una buena lección para los alumnos que ya en las aulas se van mentalizando de la utilidad o necesidad, cada día más visible y perentoria de cuidar nuestro planeta, cada vez más delicado, en gran parte por el progreso industrial y por el exceso de aparatos domésticos, muchas veces superfluos o innecesarios.

La mayor parte de los libros escolares procede de papel elaborado con celulosa procedente de los árboles, principalmente pinos y eucaliptus, de rápido crecimiento, que forman el 2,5% de la superficie arbolada, y que absorben y fijan 7,5 Tm. de CO2. La edición de libros mantiene, para su fabricación, gran parte de los bosques. El sector editorial debe estar asesorado y revisado por la F.S.C (Forest Stewardship Council). La celulosa de los árboles es materia renovable.

Para quienes alegan que la edición de libros exige sacrificio de arbolado, opino que al revés, pues al necesitar más materia prima se atenderá más a su plantación y cuidado. La necesidad de plantaciones de arbolado para fabricación de papel propicia puestos laborales en la España rural, la España “vacía”.

Esto me recuerda a cuando se iba a declarar a nuestra Sierra, Parque Nacional, y se cortaba o limitaba la actividad gabarrera de zonas de piedemonte, y se defendió y acordó que muy al contrario, los gabarreros, por vivir de ella, eran los mejores cuidadores de la sierra. Algo parecido ocurre con los profesionales de las editoriales.

Aparte de las virtudes del libro en papel, como el coleccionismo, la presentación, poder regalarlo o prestarlo, sentir momentos vividos, tenerlo disponible en todo momento, sin negar las ventajas del libro electrónico, que es más económico, no ocupa lugar…, pero por el abuso de ordenadores, táblets o móviles entre nuestros más tiernos niños, reiteradamente advertidos de daños y secuelas físicas y emocionales, y por supuesto pensando en este invento del “releo”, siento preferencia por los libros en papel, que si me hacen la clásica pregunta de caso de quedar naufrago en una isla que querría salvar o llevarme, no dudaría en el libro en papel, pues el electrónico al terminarse la batería, quedaría inerte, mientras el físico me duraría todo el tiempo de aislamiento como inseparable amigo.

Compartir en Facebook122Compartir en X76Compartir en WhatsApp

Artículos relacionados

La Plataforma por el Ferrocarril Directo pide una reunión urgente con Mañueco

Confirmado: DIA se lanza a por el ‘listo para comer’ y estos son los productos que está empezando a vender

Catorce municipios segovianos mejorarán sus centros educativos

Adiós a los huevos: Mercadona se ve obligada a reducir los que pone a la venta por este motivo (que no es el precio)

La gripe aviar afecta a los bolsillos de los segovianos y preocupa a los productores

Confirmado por el Tribunal Supremo: tras años de litigios, solo Bimbo podrá llamar Donuts a los suyos

RSS El Adelantado EN

  • Confirmed—the heat from beverages accelerates the release of microplastics from disposable cups, according to scientists
  • Confirmed—The U.S. and China are competing for a rare lunar resource that could fuel fusion reactors and change the course of human history
  • The impressive agreement between Japan and Egypt that marks the future of transportation—this is what hydrogen-powered trains will be like, leaving electricity behind
  • It’s official—Social Security publishes the complete payment schedule for 2026 with all dates confirmed
  • Alarm in Georgia—Qcells cuts salaries and suspends production due to solar components being held up at the border
El Adelantado de Segovia

Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

  • Publicidad
  • Política de cookies
  • Política de privacidad
  • KIOSKOyMÁS
  • Guía de empresas

No Result
View All Result
  • Segovia
  • Provincia de Segovia
  • Deportes
  • Castilla y León
  • Suplementos
  • Sociedad
  • Actualidad
  • EN

Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda