El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, aseguró ayer que el Gobierno regional prevé duplicar la masa crítica de investigadores en salud de la Comunidad, pasando de 1.000 a 2.000, para lo cual buscarán “promover que los profesionales sanitarios participen en tareas investigadoras”. En este sentido, remarcó que aumentarán en cerca de 200 los empleos en personal de investigación y de apoyo en investigación e innovación y duplicarán también los grupos e institutos de investigación sanitaria existentes.
Así lo apuntó en la Sala de Cámara del Centro Cultural Miguel Delibes, en Valladolid, donde ayer inauguró el HUB de Investigación e Innovación en Salud de Castilla y León, una herramienta que confía en que será “una palanca de transformación del modelo sanitario, del sistema productivo y social de la Comunidad”. Con ese propósito se ha elaborado el Plan Estratégico de Investigación e Innovación en Salud de Castilla y León, 2023- 2027, que ha contado para su preparación con “una participación amplísima”, y mediante el cual la Administración autonómica apoyará “más que nunca” a investigadores y a quienes apuestan por la investigación sanitaria. “Queremos que seáis cada vez más”, recalcó.
Mañueco afirmó que “Castilla y León es una potencia en el sector biosanitario y biotecnológico”. “Destacamos en investigación, innovación farmacéutica, tecnología digital, genómica y otras fortalezas. Nuestro sistema de salud es de los mejores de toda España y tenemos un gran número de empresas punteras en el área biosanitaria”, apuntó, antes de aplaudir el “esfuerzo de innovación” que se realiza “tanto desde el sistema sanitario público como a través de las empresas privadas”, con la meta de “generar crecimiento económico y apostar por el desarrollo territorial”.
El presidente anunció también la intención de la Junta de duplicar los grupos e institutos de investigación sanitaria existentes en la Comunidad, que actualmente cuenta con dos (Ibsal en Salamanca e IBioVALL en Valladolid), creando dos nuevos en León y en Burgos. En todos ellos prevén movilizar 30 millones en investigación sanitaria en Castilla y León, creando asimismo una “red colaborativa” entre estos institutos y el restos de estructuras investigadoras.
