El capitán de la Gimnástica Segoviana, Manu Olmedilla, suma veinte temporadas vistiendo la camiseta azulgrana, así que pocas voces más autorizadas que la suya sirven para destacar la trayectoria del equipo en la Primera RFEF, sino de todo el club “que vive uno de los mejores momentos de su historia”.
En el apartado deportivo, el conjunto gimnástico se está mostrando como muy competitivo y adaptado a una categoría que, haciendo la similitud con la antigua Segunda B, siempre acababa pasándole por encima a la Segoviana. “Ahora el cuerpo técnico nos hace ver que realmente somos competitivos. Analizamos muy bien a los rivales y tenemos garantías de que podemos salir cada día a conseguir un buen resultado, ya sea en forma de empate o de victoria. Esa confianza está sumando mucho al equipo”, afirmó Manu.
EL RITMO MÁS ALTO POSIBLE
En cuanto al ambiente en el vestuario, el capitán señaló que el liderazgo es compartido: “No hay un solo capitán en este equipo, somos 20, 21, 22 capitanes porque todos los jugadores son igual de importantes. Esto nos ha permitido crecer como grupo y afrontar mejor cada partido”. También destacó la herencia de antiguos capitanes como Ramsés, Agustín, Chema y Anel, quienes ayudaron a forjar un ambiente donde los nuevos jugadores se integran con facilidad. No obstante, dejó claro que la prioridad es seguir creciendo: “No estamos aquí para ser amigos, estamos para ayudar al club a seguir avanzando”.
Respecto al estilo de juego, el centrocampista habló sobre el ritmo intenso que mantiene el equipo tanto en los partidos como en el trabajo diario “porque no para ni en los entrenamientos. Nos preparamos muy bien y la preparación física es bastante elevada. Siempre digo que tenemos que trabajar más que el resto de equipos para conseguir nuestros objetivos”. Además, reconoció la dificultad de controlar un partido completo en la Primera RFEF, señalando la importancia de ser efectivos cuando se tiene el dominio “porque siempre sufres menos cuando tienes el marcador a favor. Dominar a otros equipos… nosotros somos la Segoviana, estamos en primera RFEF, es la primera temporada que estamos. Vamos a tener los pies en el suelo, saber dónde estamos y lo que tenemos que conseguir este año”.
En cuanto al próximo rival, el Arenteiro, Manu mostró respeto por su juego y su adaptación a un campo complicado: “Es un equipo que compite muy bien en su campo y que si hace las cosas bien va a salvar la categoría. Si no hacemos todo bien, no tendremos ninguna opción allí ni siquiera de empatar el partido. La clave pasará por ser efectivos”.
“El ambiente es muy bueno, pero no estamos aquí para hacer amigos, sino para ayudar al club a seguir creciendo”
El capitán de la Segoviana reconoce que no está al cien por cien “porque me ha pasado algo inédito, que he estado tres semanas fuera del equipo lesionado, sin poder participar en pretemporada”. Manu no es un jugador que se lesione con facilidad, y por ello reconoce que para estar plenamente recuperado “todavía me falta un punto, lo reconozco, pero estoy trabajando en ello”, y nadie duda de su palabra, ni en cuanto a su rendimiento, ni en el elogio a compañeros como Rubén, que hizo un gran partido ante el Bilbao Athletic, “y que es un jugadorazo y un gran compañero. Es un ejemplo para todos nosotros y estoy muy contento de que le vayan bien las cosas y se reconozca a la gente de Segovia que lleva esta trayectoria en el club”.
Finalmente, el capitán reflexionó sobre el crecimiento del club y el aumento del apoyo de la afición: “Ahora tenemos más de 2.400 cada domingo. Es un proceso que refleja el gran momento que vivimos, pero no podemos conformarnos. Este trabajo no puede quedar aquí, la Segoviana tiene que seguir creciendo, la gente que venga tiene que seguir sumando y empujando para crecer. La afición está de 10, tenemos más de 1.800 socios y abonados”, afirmó, subrayando que la Segoviana ya es un referente en la ciudad.
“ANTES VENÍAN 300, Y LA MAYORÍA ERAN FAMILIARES”
El crecimiento exponencial de la Segoviana en la última década se ha podido comprobar en la asistencia al campo de La Albuera, y Manu lo tiene claro: “Desde 2008 se ha visto cómo evolucionaba la afluencia de público. Cuando se dice que jugábamos ante 300 personas es cierto, pero si quitabas familiares y amigos se quedaban en unos 50. Y ahora es difícil ver a sus familiares y amigos en la grada porque es que están repletas. Es fantástico que la Segoviana se sienta y sea realmente el club más importante de la ciudad de Segovia. Cuando sales por las calles ves siempre ropa, equipaciones de la Segoviana, bufandas, polos… Hay que seguir y el trabajo de la cantera sigue siendo bueno, los niños quieren jugar en la Segoviana, van las cosas muy bien. Jugar ante mucha gente se nota para bien, sobre todo cuando sabes a calentar y ves que hay ambiente de fútbol, siempre es bonito para un jugador. Al final jugamos para esto, para competir en estos escenarios”.
