“No pienses que estoy muy triste, si no me ves sonreír, es simplemente despiste, maneras de vivir…”.
Es una persona normal, un currito del pincel que trabaja de 8 a 19 horas más o menos, lo que implica poco tiempo para entrenar. Hace años le atizó fuerte una pericarditis y su tratamiento le hinchó. Coqueto él, decidió apuntarse al gimnasio para volver a ser un ‘figurín’ sin saber que estaba comenzando a crear un monstruo.
Unos amigos le plantearan hacer la ‘San Silvestre’ y contestó: “¡correr yo 5 km, estáis locos!”, pero al año siguiente lo hizo y disfrutó. Comenzó a meterse en el mundillo y conoció a ‘unos locos que corren’, los chicos del IMD, y paso a paso fue añadiendo entrenamientos de calidad a sus condiciones, participando en numerosas carreras de diferentes distancias.
La prueba de fuego fue la Media de Segovia, otro sueño-locura que también logró terminar y así dio paso a maratones, carreras por montaña, pruebas de BTT… pero lo peor estaba por llegar porque cuando el diablo se aburre la lía: Triatlón.
Primero Sprint y Olímpico, para dar paso a Media Distancia (1.900 metros de natación, 90 kilómetros de bicicleta y 21 kilómetros de zapatilla), participando en un Campeonato de España. Su mejor logro fue ganar, en su categoría, en Gandía, marcando un tiempazo que le ha animado a intentar la larga distancia: Ironman, para este 2023.
A todo esto hay que añadir lo buena persona que es, pendiente de los demás, aconsejando y ofreciendo su mano para cualquier cosa. Un crack. La va a liar este año y encima me quiere liar a mí para otra en 2024, bien sabe dónde pinchar.
Por cierto, FELIZ AÑO 2023 para todos.
Semper Fidelis.
