Fiel a su plúmbea tradición laicista, IU, como cada año por estas fechas, intenta acabar con el popular y populoso “Voto de San Roque”
I.U. que tan plomiza y reiterativa se muestra en sus prohibiciones o reducciones al libre ejercicio de actos religiosos en común, que sólo faltaría que lo intentasen a nivel personal y privado, ellos que presumen de libertades, tanto que en nombre del pueblo, con presencia y apoyo de la alcaldesa de “todos” los segovianos homenajean a los “caídos por las libertades”, aunque sea en poco representativo grupúsculo, que se esfuerzan por la supresión de la libre asignatura de religión en las aulas, el libre funcionamiento de centros concertados, la libre presencia de crucifijo en lugares públicos como aulas, cárceles u hospitales, en que sin obligar para nada a ellos, tanto consuelo daban a la mayoría católica española, ahora, cada 16 de agosto, festividad de San Roque, pretenden acabar con la tradicional promesa del pueblo segoviano al santo Roque, hijo del gobernador de Montepellier, que cuidando enfermos de pestilencia se contagió, y curado por milagrosa acción de un perro, volvió al cuidado de afectados por la peste, y a la petición del pueblo segoviano intervino haciendo cesar la epidemia que diezmó a la ciudad, por lo que el pueblo, por bien nacido, agradecido, el 14 de agosto de 1.599 prometió cada año por esta fecha agradecer al santo tan milagrosa intervención, promesa que se conoce como el “voto de S. Roque”.
Como es natural, la alcaldesa, como lo han ido haciendo los diversos regidores que a lo largo de los años representaron al pueblo en tan popular y populoso acto, renovó el pasado 16 de agosto el tradicional acto de agradecimiento del pueblo, y lo hizo oficialmente, como representante del pueblo segoviano que hizo y ha venido cumpliendo históricamente aquel infortunado año de la peste de 1599; 420 años de tradición y religiosidad del pueblo, que no son tan fáciles de prohibir o evitar.
Precisamente opino todo lo contrario de las razones que I.U. alega para oponerse a este justo y necesario acto popular de agradecimiento masivo, porque masivo fue el favor recibido, de que el alcalde/sa de turno pueda realizar el voto a nivel personal, pero no representando al pueblo, yo digo que, en esta edición Doña Clara Luquero Nicolás, como tal ciudadana puede o no hacer el voto, pero como representante del pueblo tiene la obligación de renovarlo en persona o por representación, pero como alcaldesa de los segovianos, por lo que textualmente la oración al santo dice: “En nombre y representación del pueblo de Segovia, acudo ante ti, S. Roque, abogado de la peste e intercesor entre el Señor Dios y los hombres, a renovarte la fidelidad de esta ciudad noble y agradecida.
Interceded ante Dios y su Madre por esta ciudad de Segovia; interceded por este barrio, parroquia de S. Millán que hoy celebra solemnemente vuestra fiesta; interceded por todos los hombres y mujeres de este pueblo, por los niños y adolescentes, por todos los vecinos de esta ciudad. Interceded por todos los españoles para que otra vez en el año venidero volvamos a postrarnos ante tu imagen para ofrecerte este voto de fe”.
Es precisamente al alcalde, como representante del pueblo, a quien corresponde y compete renovar el voto, y ha de hacerlo en nombre de los segovianos, aparte de su personal adhesión o no al significado del voto.
Recuerdo a los escasos militantes y simpatizantes de I.U. que estamos en un país aconfesional, no laico, y menos, de momento, laicista, aunque no estemos en los más opuestos días, pero les sugiero que realicen una encuesta o sufragio popular sobre si prohibir o continuar esta secular tradición de agradecer al santo francés su divina intervención en la peste que se llevó a 12.000 segovianos.
Ya sabemos, lo estamos viviendo, que con gobiernos de izquierdas los católicos no vamos a tener sus bendiciones (con perdón), pero tampoco vamos a permitir que nos priven de lo que tan arraigado llevamos dentro, heredado de nuestros ancestros y vivido a través de los siglos, este voto concretamente 420 años.
