Cada día es menos frecuente en Segovia ver empresa o comercio con marchamo de veteranía, y sí comprobar cómo cada jornada aparecen carteles de cierres o traspasos. Ir celebrando las diversas bodas en la profesión, bodas de aluminio, acero, seda…madreselva, “cerámica”, es un mérito y un privilegio.
Como segoviano me satisface reconocer el mérito, el esfuerzo, el tesón de dos jóvenes hermanos que, entonces, allá por el 1.999, con 21 y 27 años se embarcaron en el proceloso mundo de la industria, en el siempre arriesgado y no demasiado protegido sector del transporte, teniendo en cuenta que partían de cero, por no tener ningún familiar o antepasado que aportara inicial capital, material, ni asesoramiento, pues ningún ascendiente había tenido relación con el mundo del motor.
Como segoviano me alegra que dos jóvenes paisanos a fuerza de ilusión, seriedad, esfuerzo, trabajo, honestidad y confianza en sí mismos, este año celebren sus bodas profesionales de “porcelana”, (veinte años de servicio), veinte años de madrugones, de jornadas de 24 horas de trabajo, de no distinguir laborales y festivos, de viajes sorpresa, de dos o tres teléfonos en las manos, de, como médicos de guardia o servicios de urgencia o seguridad, llamadas a medianoche…
Comenzaron satisfaciendo su afición al mundo del motor, auténtica vocación, o mejor diría pasión, solicitando hacer su “mili” voluntarios en las ambulancias de Cruz Roja, obteniendo todas las categorías de carnet de conductor, siguiendo, a su licencia, como empleados en empresas de transporte sanitario, pronto dieron el paso a la empresa como autónomos, para ir creciendo razonablemente con alguna más prisa que pausa.
Como segoviano me enorgullece cada vez que veo rodar por las carreteras hispanas esos bonitos y bien cuidados camionazos, creo que de 17 m. de largo, con el nombre de Segovia en su rotulación.
Como segoviano veo con agrado y agradezco su aportación a la industria local y provincial que esta flota de veintitantos camiones de las más acreditadas marcas, todos con la rotulación de la empresa SEGOTRANSFER S.L, que en su logo fusiona los tres ámbitos que la conforman o definen: “Segovia”, la provincia que los acoge y a la que sirven, “transportes”, su profesión y dedicación, y “Fernández”, la identidad de los hermanos promotores, gestores y dueños.
Como segoviano me enorgullece comprobar que el trabajo y esfuerzo de estos jóvenes hermanos segovianos les ha colocado en destacados puestos del transporte de mercancías por carretera, ocupando un no despreciable lugar 187 de la industria provincial segoviana, y 1.426 en el nacional del sector, así como 50.235 de la industria nacional…, con facturación entre 3 y 6 millones de euros, considerada “grande”, dando resultado económico “positivo”.
Como segoviano agradezco que estos dos jóvenes hermanos den trabajo a más de veinte familias, pues con sus veintitantos vehículos propios, y a los que, por ser Agencia de Transportes, ceden viajes, son éstos los que directamente trabajan con ellos, pero sabiendo que son varios más los que obtienen beneficio indirecto.
Como segoviano siento satisfacción viendo que esa amplia parcela del Polígono Industrial de Hontoria, y otras sedes, son logro de estos dos jóvenes hermanos que aquel 9 de julio del 1.999 se embarcaban en el siempre dubitativo mundo de la empresa, y lo hacían para bien de ellos y colaboración al esplendor y pujanza de la no demasiado puntera industria segoviana.
Como segoviano deseo a estos dos entusiastas jóvenes empresarios que su esfuerzo, trabajo, ilusión se vean compensados con renovados éxitos, y que este veinte aniversario, bodas de “porcelana” sea motivo de una inolvidable celebración del día de su santo patrón, San Cristóbal, creo que el 10 de julio, y que de nuevo esa impactante flota de enormes tráilers, camiones de reparto y furgonetas, “ad hoc” engalanados, den su nota de alegría y colorido por algunas vías de la ciudad del Acueducto.
Como segoviano, pero sobre todo con un inmenso orgullo de padre, deseo que sigan creciendo tan responsablemente, porque Eduardo y Víctor son mis hijos.
Como segoviano y creyente, cada día pido a María de La Fuencisla y al santo porteador Cristobalón que os protejan, guíen y acompañen en vuestros, y de vuestros vehículos, desplazamientos. Gracias por ser como sois. Un emocionado largo y fuerte abrazo.
Perdonad si, en mi orgullo de padre, hiero vuestra modestia, abro vuestra intimidad profesional, o equivoco algún dato; ved solamente mi satisfacción al ver vuestra entusiasta entrega, pidiendo poder ver las bodas de plata y deseándoos ánimo y salud para las de oro y platino. Os las merecéis.
