Las máquinas ya trabajan en la terminal de autobuses de Segovia. El Ayuntamiento y la Junta cofinancian unos trabajos de remodelación cuyo objetivo es conseguir que el actual apeadero reúna las condiciones necesarias para ser una auténtica estación de autobuses, aunque el objetivo del Ayuntamiento sigue siendo contar con una nueva estación a medio-largo plazo, reiteró ayer la alcaldesa, Clara Luquero, pues es lo que necesita una ciudad como Segovia, que recibe miles de turistas al mes.
Mientras tanto, el Consistorio busca acondicionar la actual terminal para que siga prestando el servicio necesario a los viajeros, unas obras que, al afectar a la zona de aparcamiento de los autobuses, ha llevado al Ayuntamiento a determinar como nueva zona de carga y descarga parte de la calle Ezequiel González —desde la altura del número 27 hasta el número 21—, medida criticada por el Grupo Municipal Popular.
Para el PP, “los segovianos hemos vuelto a demostrar una vez más nuestra paciencia ante las incomodidades que se generan tanto a nivel de tráfico, como de despacho de billetes, de espera de los autobuses o de recogida y bajada de usuarios, entre otras cosas”.
Molestias que la alcaldesa reconoció ayer. “Está claro que los usuarios de la estación y los ciudadanos que circulen por Ezequiel González van a sufrir inconvenientes y molestias durante el periodo de realización de las obras, es evidente y desde aquí les pido disculpas”, apuntó Luquero, quien añadió que más perjudicaría a los ciudadanos “si no lleváramos a cabo la intervención necesaria en la estación para que siga prestando este servicio”.
La alcaldesa apuntó que, durante las obras, “no hay otra opción, el aparcamiento de los vehículos en Ezequiel González es la opción más fácil, puesto que en el edificio de la estación están disponibles las taquillas y se pueden utilizar los servicios”.
Sí que se han estudiado otras opciones, afirmó Luquero, “pero tenían más inconvenientes”. Por ejemplo, dijo, se planteó que la carga y descarga de viajeros se llevara al Velódromo, “pero tiene muchos inconvenientes: el primero es que no es de titularidad municipal; el segundo es que cuando llueve se convierte en un barrizal y esta obra va a durar unos meses; y el tercero es que no hay baños ni taquillas, por lo que las molestias para los usuarios de la estación serían mayores”.
“Se han estudiado las posibilidades dentro de los medios que tiene el Ayuntamiento, con Policía Local, el técnico de Movilidad y el inspector de Servicios, y [las paradas en Ezequiel González] es lo más fácil, siendo conscientes de que causa molestias —reiteró—. Claro que causa molestias, pero es inevitable. Las obras son necesarias para que la estación sea tal, porque ahora es un apeadero o terminal. No reúne condiciones, ni la campa, ni tenemos las dársenas cubiertas…”.
Además, se mostró dispuesta a adoptar medidas o incorporar elementos, como bancos, “que faciliten o hagan más cómoda la espera de los viajeros”, pero recordó que, durante las obras, “pueden utilizar la parte inicial de la estación para esperar los autobuses”. “Acaban de empezar las obras y habrá que ver cómo van y actuar en consecuencia”, concluyó.
