“Se debe mantener la tradición y así lo hago”. Así de contundente se mostró al alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, ante las críticas que recibió del grupo municipal de Izquierda Unida (IU) por la presencia del Ayuntamiento en la ceremonia religiosa de la renovación del Voto a San Roque, celebrado el pasado lunes en su lugar habitual, la parroquia de San Millán, después que en 2020 la pandemia obligara a trasladarlo a la Catedral.
Como ya es tradición, el día de San Roque (16 de agosto), Segovia conmemora la renovación de la petición de la ciudad al santo en recuerdo de la peste de 1599. Cada año, tras la celebración del acto, IU se posiciona en contra y, en esta ocasión, hizo lo propio. La formación mantiene que los actos religiosos “no deben contar” con la presencia de los miembros de la Corporación, salvo que su asistencia sea a título individual y no como representantes de la institución. Por el contrario, Luquero defiende que “el reglamento municipal establece este acto como un elemento de tradición al que se debe acudir”.
Hace más de cuatro siglos que Segovia cumple con esta tradición que Luquero asumió junto con dos maceros que la escoltaron, como establece la ordenanza. A pesar del vínculo religioso de este acto, la alcaldesa asegura que “se fundamenta más en la tradición, al igual que el cántico del villancico a San Frutos” que se realiza en la Catedral en el mes de octubre.
Por su parte, IU considera que “las instituciones democráticas no deben tomar partido en los asuntos religiosos”. Para la formación, los integrantes del Ayuntamiento deben “fomentar y organizar actos de carácter civil” y “no promover” ceremonias de carácter religioso. Pese a ello, la regidora sostiene que su presencia “no excluye” que haya puntos de vista y opiniones distintas en diferentes grupos políticos.
