Me pregunto yo, ¿qué cabe esperar de unas organizaciones, teóricamente representativas de sectores empresariales, como la FES o la Cámara de Comercio que hacen manifestaciones tan simplistas y carentes de fundamento sobre la problemática del desarrollo racional de nuestra ciudad y en especial en lo que se refiere al recinto amurallado? Lamentablemente, muy poco.
Viene esto a cuenta de las recientes manifestaciones de la FES y Cámara de Comercio que trascribo:
“La dotación de un nuevo aparcamiento en el entorno del recinto amurallado es imprescindible, tanto para facilitar el uso residencial como para atender la alta demanda de sectores como el del pequeño comercio tienen enormes dificultades para ser competitivos por la ausencia de plazas suficientes de aparcamiento”, señalan los empresarios que me parecen absolutamente carentes de fundamento.
¿Por que esa obsesión de la FES y la Cámara de Comercio por enmascarar las causas reales de las dificultades a que se enfrentan quienes quieren desarrollar una actividad comercial o industrial? ¿no será que no son capaces de aportar nada interesante y realmente positivo para esa labor de promoción que se espera de ellos, al margen de los bombos mutuos entre sus afiliados que tan generosamente practican?
Cualquiera que haya vivido en Segovia o conozca mínimamente su historia sociológica habrá advertido el planteamiento, yo diría que irracional y visceral de quienes achacan a la preservación de nuestros valores patrimoniales, tanto arquitectónicos como medioambientales, todos los problemas de falta de desarrollo de la ciudad, cuando, como reconocen muchos comerciantes y hosteleros de las áreas históricas, esta preservación es, precisamente, la que ha favorecido su pervivencia y progreso.
Ya va siendo hora de abandonar esa mentalidad de tenderos decimonónicos, que aun sigue instalada en algunos sectores de la sociedad segoviana (o madrileña, como vemos con el tema del Madrid central) y que les impide ver que las soluciones a sus problemas no esta en favorecer (¿?) el uso del vehículo particular para acceder a las zonas centrales de las ciudades, sino, al contrario, en limitarlo proporcionando alternativas de transporte colectivo y peatonales, mas sostenibles y saludables.
Sin duda son evidentes las dificultades del pequeño comercio tradicional para competir con avasalladoras franquicias globales que hacen subir desorbitadamente el precio de los alquileres de los locales, pero es una falacia achacar sus problemas al insuficiente aparcamiento, porque eso afectaría también a las franquicias que, sin embargo, se instalan en estas zonas comerciales por su gran afluencia peatonal, de la que, paradójicamente, algunos se quejan. ¿En que quedamos?
No es fácil que personas, educadas en prejuicios negacionistas y retrógrados, valoren la importancia de preservar conjuntos tan emblemáticos como el recinto amurallado de Segovia y su paseo del Salón en particular, del tráfico abusivo e irracional y de la construcción de infraestructuras innecesarias y destructivas. Aunque lo mas lamentable es que organismos que tienen encomendada esa función protectora no sean capaces de ejercerla adecuadamente, a mi juicio por cobardía.
Pero, lo mas grave es que, simplemente con la observación objetiva de la realidad, es fácil comprobar que la política de creación de aparcamientos de pago, sin mas, ha sido un fracaso que nos esta costando muy caro a los segovianos por indemnizaciones a las empresas adjudicatarias de su explotación.
No hay ningún estudio fundamentado que justifique actualmente la creación de mas aparcamientos de pago en nuestra ciudad, cuando solo en muy contadas ocasiones se ocupan los existentes y, en esas ocasiones, la afluencia de visitantes supera la capacidad de acogida de nuestras infraestructuras comerciales y seria negativo el aumentar la congestión turística dando unos servicios inadecuados, cuando no degradantes.
En todo caso, si con el tiempo se viera necesario la construcción de un nuevo aparcamiento, lo que habría que hacer es desarrollar el proyecto del Velódromo, hoy enquistado por una mala gestión urbanística privada, y no poner en peligro la integridad del paseo del Salón, que, próximamente contara con un ascensor que lo hará mucho mas accesible.
