El general de la Guardia Civil Santiago Marín manifestó en rueda de prensa que uno de los objetivos del cuerpo era “minimizar” los bulos contra el Gobierno por la gestión de la crisis sanitaria. Y ahí se desató una tormenta política que le ha puesto en el ojo del huracán.
Sin embargo yo le creo, mi general. Le creo porque es usted guardia civil y para mí sólo eso tiene marchamo de franqueza. Le creo porque pudiendo hacerlo no ha desmentido sus palabras ni las ha endulzado. Le creo porque frente al lapsus que defienden unos, usted mantiene lo dicho y eso le honra. Le creo porque como argumento en su defensa no exhibe el ataque sino cuarenta años al servicio de España y de su gente, nosotros. Le creo porque juró defender a su país y quiero pensar que servir al Gobierno de España, dejando al margen las ideologías, es para usted la misión que ahora le toca cumplir. Le creo porque en su uniforme veo uno de estamentos que más respetan y valoran los españoles. Le creo porque usted no es un político, es un experto educado en la disciplina y la concreción racional y no en ambigüedades ni matices. Le creo porque para un guardia civil el cumplimiento del deber encomendado limita moralmente su propia voluntad y porque la disciplina es parte del código ético del cuerpo. Le creo porque quiero creerle sin que ello signifique creer en los mandos políticos, esos que en 2016 pedían el control TVE y del CNI si asaltaban el cielo del poder para manejar la información y que ahora ocupan un carguito en su comisión.
En lo poco que valga, yo le creo mi general.
