Luis García Montero será el nuevo director del Instituto Cervantes, en sustitución de Juan Manuel Bonet, según confirmaron fuentes próximas a la decisión. El nombramiento será aprobado hoy en el Consejo de Ministros.
De esta manera, Bonet abandona el cargo tras año y medio al frente de esta institución —fue nombrado el pasado 27 enero de 2017—. Bonet llegó a este puesto desde la dirección del Instituto Cervantes en París. Nacido en la capital francesa en 1953, ha sido director del IVAM y del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Luis García Montero (Granada, 1958) es poeta y Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada. Es autor de once poemarios y varios libros de ensayo. Recibió el Premio Adonáis en 1982 por ‘El jardín extranjero’, el Premio Loewe en 1993 y el Premio Nacional de Literatura en 1994 por ‘Habitaciones separadas’.
En 2003, con ‘La intimidad de la serpiente’, fue merecedor del Premio Nacional de la Crítica. Además, el poeta también ha participado activamente en la política, llegando a ser el candidato de IU a la Comunidad de Madrid para las elecciones autonómicas de mayo de 2015.
El Instituto Cervantes es un organismo público, dependiente de los ministerios de Exteriores y Educación y Formación Profesional, que actualmente cuenta con 87 centros distribuidos en 44 países por los cinco continentes y dos sedes más en España, situadas en Madrid y Alcalá de Henares. Su objetivo es la enseñanza y promoción de la lengua española y también promueve y difunde la cultura de España e Hispanoamérica.
Tras conocerse el nuevo cargo al frente de la institución, García Montero admitió en una entrevista que la financiación será uno de los puntos clave de su gestión, porque “para hacer cosas siempre hace falta dinero”.
“Esa es la realidad: tras muchos años en la universidad, uno se da cuenta de que lo más poético que hay son los números y las cuentas. Para hacer cosas hace falta dinero y la inversión en cultura es uno de los grandes retos”, aseveró el escritor granadino.
García Montero explicó que recibió la llamada del Gobierno hace “unos días” y pidió tiempo para consultarlo con su familia. Tras dar el sí y “aceptar con gusto” este cargo, finalmente se hizo oficial ayer. “Es un cargo que acepto con mucha responsabilidad y soy consciente de la exigencia del puesto”, añadió.
Prioridades
El nuevo director del Cervantes ha aclarado que, por el momento, su prioridad es la de “hablar” tanto con el personal de la institución como con los distintos ministerios responsables del Instituto para “conocer las virtudes y defectos que se pueden subsanar”, además de “sentarse a pensar que se puede aportar”.
García Montero tuvo palabras de elogio para el anterior dirigente, —del que reconoce ser “amigo de la literatura”—, esperando “aprender mucho de la gestión” de esta última etapa. Asimismo, insistió en mantener la “despolitización” del Cervantes.
“De eso estoy convencido, a mi me han llamado para una gestión profesional. Tengo mis ideas políticas como cualquier ciudadano y he militado en política, que es muy importante en la convivencia, pero no soy persona de partido del Gobierno y esto me lo tomo como un intento de buscar una gestión independiente de una institución pública”, defendió.
Preguntado sobre una política de expansión de centros, reconoció que una de sus obligaciones es la de “trabajar por el español y su imagen en el mundo”, si bien reiteró que acaba de aterrizar en el cargo y deberá esperar para trazar políticas en este sentido.
