El Ayuntamiento de San Pedro de Gaíllos presentará hoy mismo la solicitud de ayuda ante la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) para instar al organismo a la limpieza, desbrozado y recuperación del cauce del río Ucar a su paso por Rebollar, donde aún son visibles los efectos de las inundaciones provocadas por la fuerte tromba de agua caída el sábado por la tarde-noche.
La alcaldesa del municipio, Esther Castro (PSOE), explicaba ayer a esta Redacción que “hemos intentado solucionarlo, hemos llamado para pedir ayuda de urgencia, pero nos han dicho que tenemos que presentarlo por escrito”. Para Castro, lo más preocupante es que “aún se acumulan en las orillas del río muchos restos de ramas, troncos, arena y piedras, arrastradas por el agua y la situación sería muy peligrosa si vuelve a llover, como el sábado”.
La regidora ha solicitado, así mismo, ayuda a la Diputación, “para ver si pueden ayudar las máquinas de conservación u operarios para la limpieza de cunetas, etc”. Castro mostraba aún ayer una mezcla de extrañeza, preocupación e indignación al reiterar que “los vecinos llamaron al 112 avisando de lo grave de la situación y no se presentó nadie, ni han dado ninguna explicación”.
AYUDA VECINAL
La misma versión es la que mantienen los vecinos, que el sábado por la tarde se encontraban celebrando una de las fiestas patronales, cuando se dieron cuenta de que las calles empezaban a anegarse y el agua había entrado ya en una vivienda y una nave ganadera, en la que murieron decenas de ovejas. “El susto fue mayúsculo y los vecinos hicieron lo que pudieron para sacar agua, retirar barro e, incluso, un vecino cogió su máquina para quitar troncos”, explica Diana Sanz, la vecina cuya vivienda quedó inundada.
La joven explica que el domingo acudió “la Guardia Civil, al menos para levantar acta y poder ir al seguro”. El desconcierto ante la falta de respuesta del 112 ha dado paso a la indignación entre los vecinos pues, según explican, “hemos sido los que hemos limpiado las calles de barro y retirado maleza, troncos y ramas, para evitar un desastre mayor si vuelve a llover, pero parece que nadie quiere hacerse cargo”.