A diferencia del encierro de ayer, el traslado de las reses por el campo fue muy tranquila, aunque con algún problema en la salida de los corrales, donde las reses imprimieron un fuerte ritmo que hizo peligrar la unidad de la manada.
Los momentos más complicados en el campo se vivieron en la zona de «las máquinas», donde los caballistas tuvieron que emplearse a fondo para mantener unido el grupo, debido a la actitud huidiza y agresiva de dos de las reses.
Finalmente la labor de los jinetes consiguió reagrupar la manada y conducirla unida hasta el inicio del tramo urbano en «el embudo, donde los toros llegaron unidos y con un ritmo más tranquilo, y fueron los caballistas los que avivaron el paso de las reses para permitir una entrada veloz en el recorrido urbano.
La manada entró unida en la calle de La Resina, con un ritmo un poco más lento que en encierros anteriores hasta la calle Las Parras, pero el grupo de los astados ofreció también la posibilidad de hacer bonitas carreras.
En la curva del paseo de San Francisco, los corredores pudieron mantener el rigtmo, aunque en este punto la manada se disgregó entrando en primer lugar cuatro de los seis toros.
Dos de los toros quedaron separados del grupo en el último tramo, ofreciendo momentos de peligro que fueron resueltos con la pericia de los corredores más expertos que consiguieron introducir a las reses en los corrales de la plaza sin ningún problema.
Los servicios médicos de la plaza de toros no tuvieron que atender a corredores heridos por asta de toro, con alguna intervención para atender a corredores con contusiones de carácter leve.
Los toros protagonizarán el cuarto festejo de la feria taurina cuellarana en el tradicional «miércoles de toros», donde serán lidiados por los diestros Leonardo, Miguel Angel Perera y Cayetano Rivera.
