Los taxistas de Segovia exigen que se cumpla la normativa del sector, que prohíbe la recogida de pasajeros fuera del municipio en el que está registrada la licencia del vehículo. La mayoría rechazan la posibilidad de reunirse con sus compañeros del alfoz, para alcanzar acuerdos puntuales, como ha propuesto la Junta de Castilla y León, después de los incidentes registrados en la madrugada del pasado domingo entre profesionales de Segovia y un taxista de La Granja.
Fernando afirma tajante que “no hay porqué dialogar, cada uno que cumpla con su deber y no habrá problemas”. En su opinión, el problema ha estallado “por la cantidad de licencias que han dado en los municipios limítrofes a Segovia, y ahora les falta trabajo”. “Nosotros —apunta— no necesitamos aquí a los taxis de fuera. Somos 58 y somos autosuficientes”.
Su compañero José Luis cree que al final, “lo que pretenden los de los pueblos es introducirse en la ciudad de Segovia, porque las licencias que han concedido en localidades como Encinillas, Palazuelos, y en otras cercanas a La Losa, no tienen viabilidad ninguna”. José Luis es partidario de que “se cumpla la ley”, y critica que algunos ayuntamientos del alfoz “quieren llegar a un área de prestación conjunta para otorgar licencias, pero si se conceden es para que trabajen en su pueblo”.
Por su parte, Luis considera que un acuerdo es complicado. “Ya nos hemos sentado alguna vez y no hemos llegar a ningún acuerdo. Es muy difícil porque cada uno mira sus intereses, y antes de los nuestros deberíamos mirar los de los usuarios”, comenta.
A diferencia de sus dos compañeros, Luis señala que, “según están las cosas ahora, hace falta que nosotros cojamos pasajeros en los municipios de fuera de Segovia, porque ellos no dan abasto, o no se hacen con ello”. “Desde la central —añade— nos reclaman que porqué no subimos, pero como a nosotros no nos hace falta que vengan a Segovia, pues como piden reciprocidad, tampoco recogemos allí”.
“La ley es ambigua y obsoleta”
Fernando, un taxista con licencia en Palazuelos de Eresma, califica la situación actual del sector de “un caos, en el que sale perdiendo el cliente, por no haber acuerdo entre ambas partes”. A su juicio, lo más lógico sería “sentarse y recapacitar todos, buscar una solución pacífica que es lo que quiere Fomento”. Afirma que la actual ley es “ambigua y obsoleta”, “e incluso ya no puedes esperar unos minutos a un vecino que has bajado a una farmacia de Segovia y que te pide que le esperes para llevarle otra vez al pueblo”. “Hay crispación. Algunos taxistas de la capital nos siguen y nos acosan, aunque estemos trabajando legalmente”. Sobre las quejas de la diferencia de precios entre las licencias de la capital y las de los pueblos, Fernando explica que “mi licencia vale menos porque no tengo derecho a sus paradas. Ellos tienen más mercado, y son los ayuntamientos los que establecen los precios”. Asegura que por cuatro servicios que ha podido perder con la ley, “he ganado seis”.
