Quien le iba a decir a Takuro Mori que, a sus 28 años, iba a experimentar lo que es entrenar y convivir con la plantilla uno de los equipos de la mejor liga de fútbol sala del mundo, el Caja Segovia.
Cuando vino Miguel Rodrigo a España con la selección japonesa, Takuro acompañó a la expedición para realizar unas prácticas, y fue en Segovia cuando el antiguo entrenador cajista le presentó al directivo José Luis Montero ‘Pepelu’.
De esta manera, el jugador llegó a Segovia en septiembre, justo antes de empezar la campaña el Caja, con quien también llegó a participar en varios partidos amistosos de pretemporada en El Escorial y Guadalajara. Incluso, ya en plena competición se desplazó con el equipo a Pamplona con motivo del encuentro que disputaron los hombres de Jesús Velasco frente al Triman Navarra.
Así, ‘Tak’ –como le llaman en el mundo del fútbol sala– se instaló con David, Daniel, Borja, Antoñito y Aitor, para empezar a vivir una experiencia única en una ciudad que le gusta “porque es muy bonita y la gente es muy amable”.
Según explica Takuro, “primero jugaba al fútbol de manera aficionada, pero a los dieciocho años elegí jugar al fútbol sala. En mi casa, en Tokio, este deporte es muy popular, por eso me decidí a jugar, porque mi hermano mayor también lo practica”.
Fútbol y fútbol sala
‘Tak’ no duda en que ahora disfruta más con este deporte, ya que “se toca muchas más veces el balón y hay más goles. Es un deporte más alegre, tanto para verlo como para jugarlo”. Del mismo modo, destaca que “en mi país el fútbol sala está creciendo, pero todavía no ha alcanzado el nivel que hay en España
El ala asiático forma parte de un modesto club de Tokio de la División de Honor, el Flucho. Pero España, y en concreto el Caja Segovia, están a un nivel estratosférico. Por ello, en muy poco tiempo Takuro Mori ha aprendido mucho gracias al alto nivel de entrenamientos. Algo tan básico como “el juego al primer toque, aprender a pensar rápido y a usar las dos piernas”, son fundamentos que ‘Tak’ ha asimilado en su estancia en el Caja.
Todo ello, unido a la extraordinaria educación y a la capacidad de trabajo implícitos en la cultura nipona, ha ayudado a que el deportista se lleve a su casa –además de unas vivencias personales– un completo informe que ha recopilado cada semana y en el cual se reflejan sus progresos y los aspectos en los que debe mejorar. Asimismo, se lleva a Japón todos los vídeos de los partidos del Caja Segovia disputados del año pasado
Así pues, ha tenido que ser en Segovia, a más de 12.500 kilómetros de su hogar en Tokio, donde Takuro Mori haya cumplido su sueño, en una ciudad que es el contrapunto al bullicio de la capital nipona, pero de la que se llevará un excelente recuerdo cuando regrese a su país el próximo miércoles.
