El argentino Gerardo Martino iniciará hoy su aventura en el Barcelona, donde llega en circunstancias excepcionales y envuelto en interrogantes. La primera cuestión que deberá resolver el técnico no es otra que saber cuándo conocerá a su plantel. Y, en consecuencia, cuándo se producirá su primer encuentro con Leo Messi, su mayor aval en el equipo.
La agenda del sustituto de Vilanova parece hecha por el mejor amigo del estrés. Nada más llegar ayer a la Ciudad Condal, procedente de un largo vuelo transoceánico, se sometió a su primera sesión fotográfica. Después, tuvo cena y sueño, pues hoy se enfrentará a su primera rueda de prensa ante unos periodistas ávidos de saber muchas cosas sobre un entrenador casi desconocido en Europa.
Lo primero será conocer cuándo tiene previsto ver cara a cara a la plantilla, que ya lleva algo más de una semana trabajando a las órdenes de unos preparadores interinos (Jordi Roura y Rubi), a la espera de la llegada del nuevo jefe.
El Barcelona jugará mañana en Oslo un amistoso ante el Valerenga y quizá, solo quizá, sea ésta la primera ocasión de ver juntos al nuevo técnico y a su equipo, por mucho que a éste le falten todos los internacionales que estuvieron en la Copa Confederaciones. Estos llegarán el lunes, con el brasileño Neymar a la cabeza. «Lo que no creemos es que se siente en Oslo en el banquillo», indicó un portavoz del club azulgrana.
Pero antes ya se habrá producido la primera rueda de prensa de Martino, un primer examen para un fichaje que llega sin consenso y bajo la sombra de Guardiola y Vilanova, dos hombres de la casa.
El argentino estuvo entre los peor valorados en las encuestas realizadas entre los hinchas. Y la prensa también recibió con escepticismo al rosarino, que dirigió a dos clubes paraguayos (Libertad y Cerro Porteño), a uno de su país (Newell’s) y a la selección ‘guaraní’.
«Sería malo que, a partir de ahora, los ‘culés’ empezaran con las comparaciones y los chistes fáciles sobre su apodo. Lo importante es ganar y jugar bien al fútbol», reflejó ayer el diario Sport.
El bombardeo de preguntas para Martino en la sala de prensa será inmisericorde, con cuestiones seguramente no muy alejadas de las siguientes: ¿Cómo quiere que juegue su equipo? ¿Continuará con el modelo ya existente? ¿Pedirá un central? ¿Qué conoce de la Liga? ¿Cómo es su relación con Messi? ¿Será compatible con Neymar? ¿Le sirve Alexis Sánchez? ¿Hubiera vendido a David Villa? ¿Sabe algo de catalán?
Ahora es cuando comienza lo realmente duro para el argentino, la exigencia de un club de primer nivel que pide 24 horas al día de atenciones a cualquier detalle, y que pone a prueba la fortaleza física y mental de todos los profesionales del club. Desde ya Martino es uno de ellos.
