La localidad de Abades despidió ayer sábado a Rosa de Andrés Moreno, la mujer cuya desaparición fue denunciada el pasado mes de septiembre y sus restos fueron localizados dos meses después.
Con la asistencia de numerosos vecinos de su localidad natal de la mujer, y de La Higuera, donde tenía su domicilio, se desarrolló el funeral y posterior entierro en un ambiente de tristeza y de profundo silencio.
El cadáver llegó a la iglesia a las cinco de la tarde, donde aguardaban numerosos vecinos y amigos de la familia. Varias coronas y ramos de flores fueron depositadas junto al féretro por los allegados como señal de recuerdo. Acudieron los alcaldes y algunos concejales de los ayuntamientos de Abades y de Espirdo, así como representantes de la Guardia Civil de Segovia que han participado en la investigación del suceso y que han estado en permanente contacto con la familia en todo este tiempo. En la ceremonia religiosa, celebrada en la iglesia parroquial de Abades, dedicada a San Lorenzo Mártir, se vivieron momentos de dolor y consternación. Los más afectados eran los padres de la fallecida, Tomás y Ángela, que estuvieron acompañados por otros familiares, como el hermano de Rosa, Ángel Tomás de Andrés Moreno. El templo se llenó por completo. Ofició el sacerdote titular de la parroquia, Pablo González Caro, quien salió a bendecir el cadáver antes de comenzar la ceremonia en la que estuvo ayudado por Ángel García Rivilla, deán de la Catedral y Tomás Rincón, ambos también naturales de Abades.
Posteriormente, bajo una intermitente y fina lluvia, el cortejo fúnebre se trasladó hasta el cementerio de la localidad, en las afueras del pueblo, junto a la ermita de San Sebastián. Allí, los restos mortales recibieron cristiana sepultura y por fin podrán descansar en paz. Los mismos habían sido entregados a la familia por el Juzgado unos días antes, tras haber sido sometidos a analíticas para ser utilizadas en la investigación de la Guardia Civil.
En todo caso prosiguen las indagaciones y la toma de testimonios para esclarecer lo ocurrido. Por el momento se ha detenido a varias personas, tres de las cuales permanecen en prisión, y otras están en libertad con cargos. Entre las personas a las que se relaciona con este suceso se encuentran algunos vecinos de Segovia y otros que residían en la vivienda contigua a la de Rosa de Andrés, en La Higuera.
La última vez que se la vio fue el pasado 6 de septiembre tras regresar del centro de formación de El Espinar, donde acudía a diario. En la jornada siguiente ya no asistió con sus compañeros a la villa espinariega.
Los restos de Rosa María de Andrés, que la próxima semana habría cumplido 49 años, fueron encontrados a comienzos de noviembre en un paraje de Lastras del Pozo. Semanas después, tras ser sometidos a análisis de ADN se pudo confirmar que pertenecían a Rosa. De forma paralela se comenzó a trabajar para poder identificar a los autores de su posible muerte por homicidio. La venta fraudulenta del vehículo de Rosa sirvió para abrir la investigación, aún en marcha.
