El programa de reinserción que ha puesto en marcha el Gobierno de Mariano Rajoy ha suscitado un profundo debate interno entre los presos de la banda terrorista ETA que están recluidos en las cárceles españolas, quienes se lamentan de no haber conseguido una salida conjunta después de que la organización terrorista anunciara el cese de la violencia en octubre del año pasado.
«Entre la disolución y la reinserción nos tienen emparedados». Es una frase extendida entre los miembros de la banda que cumplen condena, según informaron fuentes de la lucha antiterrorista, tras ver esfumarse su esperanza de poder salir de prisión o ser acercados a cárceles vascas tras este hito en su trayectoria. Estas mismas fuentes explican que esta frustración de los presos se ha traducido en que cada vez haya más debate sobre las posibilidades de lograr una salida. Y esto, afirman, conduce a la división interna que se está produciendo.
Así, afirman que hay dos minorías bien diferenciadas dentro del colectivo de presos de ETA. Por un lado están los más radicales, que se agrupan en torno a la dirección del EPPK y a sus portavoces y, siguen respaldando la vía de una solución colectiva. Y por otro, se está conformando otra minoría que es la más contestataria en relación con los anteriores. El resto de los presos estarían en una posición intermedia, a la expectativa de ver si se logra una solución, pero cada vez con mayor convencimiento de que la salida colectiva no será posible y que la única manera de lograr avanzar será el camino de la reinserción individualizada.
Además, el malestar de los reclusos se ha dejado ver en la reacción interna que han tenido muchos de ellos ante la declaración del EPPK que se leyó en el teatro Elai Alai de Guernica, en la que reclamaron la amnistía y la autodeterminación y rechazaron el plan de reinserción del Gobierno.
«El arrepentimiento no es más que una vía diseñada para la destrucción de la persona y el militante. Y por eso la criticamos y la repudiamos», aseguraba la declaración que, supuestamente, recogía las conclusiones del debate interno del colectivo de presos de ETA.
Las fuentes de la lucha antiterrorista advierten de que los anunciados debates internos en las cárceles no son en ningún caso mayoritarios y que la redacción de los últimos comunicados atribuidos al EPPK se habrían fraguado fuera de los muros de los centros penitenciarios. El primer paso significativo del grupo se produjo el 25 se septiembre de 2011 cuando este colectivo anunció su adhesión al acuerdo de Gernika un año después de la presentación de esta declaración auspiciada por Batasuna y sus socios en la izquierda abertzale.
Mientras la declaración de Gernika abría la puerta a las soluciones individuales, el colectivo de presos rechazaba esa posibilidad apelando a la amnistía. Desde entonces su postura no ha variado pese a las expectativas alimentadas por la izquierda abertzale.
Los presos de ETA siguen siendo hoy el núcleo duro de la banda. De hecho, el EPPK es ya casi la única estructura del entorno etarra que sigue controlado por la dirección de la banda y no por su brazo político, pero sin tardar se tendrán que dar cuenta que su enrocada postura no les sacará de la cárcel.
Juicio.- El Tribunal Supremo revisará el día 12 de julio en una vista pública la condena a un año y tres meses de cárcel impuesta por pagar el llamado impuesto revolucionario a ETA a las hermanas Blanca Rosa y María Isabel Bruño Azpiroz, por la Audiencia Nacional. Ambas recurrieron la sentencia alegando que vulneraba su derecho a la libertad ideológica.
La Audiencia les reconocía la «eximente incompleta de miedo insuperable» pese a que destacaba su implicación en formaciones ilegalizadas y admitía que actuaron con «cierto grado de beneplácito» a la hora de pagar 6.000 euros a la banda. El magistrado Antonio del Moral ha sido designado ponente de la resolución del alto tribunal.
En su recurso las condenadas apelan también a la presunción de inocencia y denuncian indefensión o vulneración del artículo que define el delito de colaboración con organización terrorista, entre otras razones. Según consta en la resolución, ambas están acusadas de constituir un delito de colaboración con organización terrorista.
