Los opositores libios al régimen de Muamar el Gadafi apretaron ayer el paso en su reconquista de ciudades de Libia. Así, después de recuperar este sábado Ajdabiya, en apenas un día, recobraron el control de cuatro localidades en su camino hacia Trípoli (Briga, El Aguila, Ras Lanuf y Ben Yauad) y comenzaron una seria ofensiva hacia dos puntos estratégicos del coronel al bombardear Trípoli y Sirte, el municipio natal del dirigente.
Los rebeldes avanzaron imparables y sin apenas encontrar resistencia hacia Briga, El Aguila, Ras Lanuf y Ben Yauad.
De hecho, el camino que lleva de Ajdabiya a Briga, de unos 80 kilómetros, aparecía totalmente despejado sin signos de que se hubieran registrado enfrentamientos. Tan solo había carros de combate y camiones calcinados en las inmediaciones de Ajdabiya, lo que denota la precisión de los impactos de la aviación de las fuerzas de la coalición internacional, pues nada alrededor de los blancos alcanzados presentaba muestras de combates, ni restos que no fueran de los vehículos destruidos o cráteres.
A un lado de la carretera, podía observase un destartalado autobús repleto de mercenarios de Gadafi, apresados por los revolucionarios.
El optimismo y la euforia reinaba entre las filas insurgentes: «Esta noche dormiremos en Ben Yauad y mañana (por hoy) en Sirte», indicó Muhamad, tumbado con un fusil Kalashnikov entre sus piernas en una camioneta con alimentos para el frente.
«En Ajdabiya fue complicado, pero gracias a Obama, Sarkozy y Cameron ganamos, y venceremos en el resto de Libia», auguró.
Por su parte, Mergirby explicó desde Bengasi que el rápido avance de ayer se debió a que «no ha habido enfrentamientos en Briga, Ras Lanuf y Ben Yauad porque las fuerzas de Gadafi han huido. Ahora están concentradas en Uadi Hamar (más al oeste), pero la mayoría están en Sirte».
«Sirte es la clave -siguió Mergirby-, porque si cae tendremos el camino abierto a Trípoli», agregó.
Así, conscientes de la importancia de la toma de la ciudad natal de Gadafi, las tropas opositoras no se dieron descanso y bombardearon el municipio antes de iniciar su ofensiva de hoy.
También Trípoli volvió a vivir un intenso bombardeo (se escucharon al menos seis explosiones), mientras las milicias leales al régimen iniciaron una ofensiva contra Misrata.
El enorme impulso de la ofensiva rebelde les ha permitido recorrer 441 kilómetros desde Bengasi en tan solo 48 horas, con la ayuda de la aviación internacional, que anuló la capacidad defensiva de los gadafistas.
Los milicianos han pasado ya el punto más al oeste donde fueron repelidos y mantuvieron los combates más encarnizados con las tropas de Gadafi entre el 6 y el 8 de marzo, cuando las brigadas leales al líder libio emprendieron la contraofensiva que les llevó hasta las inmediaciones de la capital rebelde, Bengasi, hace ocho días.
Al cierre de esta edición, los insurgentes se encontraban replegados en Sirte, a unos 450 kilómetros al este de Trípoli.
En esa ciudad, donde Gadafi acostumbraba a recibir y agasajar a sus huéspedes preferidos y considerado uno de sus principales feudos tribales, puede decantarse la suerte de su régimen de más de 41 años.
