Las milicias del Consejo Nacional de Transición (CNT) lanzaron ayer una potente ofensiva en el sur de la ciudad de Sirte con más de un centenar de vehículos armados.
«¡Dios es el más grande!», corearon los milicianos del CNT desde las camionetas en la que se desplazaban con artillería antiaérea y ametralladoras hacia uno de los últimos bastiones del régimen del coronel Muamar el Gadafi.
El propio mandatario es originario de esta ciudad y se cree que podría estar ocultándose en esa localidad, asediada por las fuerzas opositoras desde hace ya varias semanas. La ofensiva de ayer sería una de las más importantes desde que comenzara el cerco a Sirte.
Sin embargo, los rebeldes se vieron obligados a retroceder en busca de refugio bajo la lluvia de fuego de los pro gadafistas en un complejo de apartamentos. Dos combatientes del CNT murieron y otros tres quedaron heridos. «Están luchando porque seguro que uno de los hijos fugitivos del dirigente libio está dentro», sentenció Abdulrazaq Haroun, uno de los comandantes del Consejo.
