Lo que parecía un acercamiento al final del conflicto en Libia el pasado domingo, se ha convertido ahora en un duro enfrentamiento entre fuerzas leales a Muamar el Gadafi y las opositoras al régimen. Y es que, tras el impresionante avance de los rebeldes durante el fin de semana, que terminaron cercando la ciudad natal del coronel, Sirte, la ofensiva de las tropas del dirigente consiguió una retirada de los sublevados, que retrocedieron ayer 200 kilómetros para refugiarse en la localidad de Ras Lanuf.
«Los rebeldes se han replegado para cobijarse de los misiles Grad que están lanzando las fuerzas de Gadafi», señaló un portavoz de los insurgentes, que agregó que los seguidores del coronel mantienen su posición en el Valle Rojo, a unos 100 kilómetros de Ras Lanuf, desde donde estuvieron bombardeando durante el día las posiciones de los milicianos en las inmediaciones de Ben Yauad, a medio camino entre ambos puntos.
Mientras tanto, aviones de las fuerzas de la coalición internacional sobrevolaron por la tarde varias zonas de Trípoli, tras lo que se oyeron fuertes explosiones en el sector este de la capital. La agencia oficial libia Jana aseguró que las naves aliadas bombardearon igualmente zonas residenciales y militares en las ciudades de Misrata, Zenten, Uatiya y Mizdah.
Por otro lado, la comunidad internacional se reunió ayer en Londres para analizar de qué manera podrían ayudar mejor a la salida del poder de Gadafi y reafirmaron la «unidad» en sus esfuerzos por presionar y eventualmente doblegar al régimen de Gadafi, y reiteró su compromiso de ayudar al pueblo libio a conseguir un país democrático y libre.
El ministro británico, William Hague leyó la declaración final de la cita, en la que se subrayó que el coronel y su régimen «han perdido por completo su legitimidad y serán considerados responsables de sus acciones».
Asimismo, representantes de la oposición libia, organizada en el Consejo Nacional de Transición, presentaron su visión de un futuro «democrático» para después del derrocamiento del dirigente. En un comunicado, expresaron su compromiso de crear una «sociedad civil que reconozca el pluralismo intelectual y político» y permita «una transición pacífica mediante instituciones legales y el recurso a las urnas».
Por su parte, la secretaria estadounidense de Estado, Hillary Clinton, defendió la legalidad de una eventual decisión de armar a las fuerzas libias de oposición, aunque aseguró que el asunto no se trató en la conferencia.
Además, hoy Estados Unidos cederá a la OTAN el mando de la misión, de la que se encargará el teniente general Charles Bouchard.
