Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea rubricaron ayer en La Valeta la creación del fondo fiduciario de ayuda a África, al que aportarán de momento 78 de los 1.800 millones de euros que prometieron para impulsar proyectos en los países de origen y tránsito que frenen el flujo masivo de inmigrantes hacia territorio comunitario.
El fondo contará con otros 1.800 millones de euros procedentes de los Presupuestos Generales de la Unión Europea, después de que la Comisión Europea y el Parlamento Europeo cumplieran en las últimas semanas los trámites necesarios para corregir las partidas previstas para el ejercicio 2014-2020.
“Para que este fondo y nuestra respuesta a África sean creíbles, quisiera ver a más Estados contribuyentes e igualando los 1.800 millones de euros que ha aportado la Unión Europea”, avisó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Por el momento, las aportaciones bilaterales proceden de 25 de los 28 miembros, ya que ni Grecia, ni Chipre, ni Croacia han notificado contribuciones. Noruega y Suiza, aunque no son miembros de la UE, también han decidido contribuir y aportarán tres y 4,6 millones de euros, respectivamente.
Así las cosas, el fondo fiduciario se lanza con una dotación total de 1.878,2 millones de euros, de los que tres millones son de España.
La mayoría de Estados miembros, como España, Francia y Alemania, confirmaron partidas de 3 millones de euros, aunque hubo algunas contribuciones mayores, como la de Países Bajos (15 millones), Italia (10 millones) y Finlandia (nueve millones).
Juncker destacó el “tiempo récord” en que se constituyó este instrumento de “urgencia”, pensado para contribuir a la estabilidad de la región y para combatir las “causas profundas” de la inmigración irregular.
“Para tener éxito, debemos colaborar con otros países europeos y nuestros socios de África a la hora de abordar las causas subyacentes de la migración irregular y económica, y también promover la igualdad de oportunidades, la seguridad y el desarrollo”, añadió.
El fondo fue constituido en una ceremonia celebrada al inicio de la segunda jornada de la cumbre UE-África que reúne en la capital de Malta a los líderes de las dos regiones para negociar un plan de acción común con soluciones prácticas y de puesta en práctica inmediata, como la financiación de proyectos de desarrollo en los países de origen más afectados por la salida de inmigrantes irregulares.
