No hay duda de que Bradley Cooper y Jennifer Lawrence son una de las combinaciones amorosas más interesantes que se pueden dar en la pantalla, y de ahí El lado bueno de las cosas, una comedia romántica con suficientes atractivos que está triunfando en las taquillas de medio mundo.
De momento, la cinta de David O. Russell ha arrancado con muy buen pie de cara a los Oscar, al acaparar, nada más y nada menos, que hasta siete nominaciones, entre las que destacan los cuatro grandes premios: Mejor Película, Director, Actor y Actriz principal.
El director, con Cooper en pleno ascenso como la nueva cara bonita del momento tras su trabajo en Resacón en Las Vegas y sus dos secuelas, y de la mano de la chica estrella actual, protagonista de Los juegos del hambre, dice que la cinta se perfila con aires de cine independiente.
El actor de 37 años nacido en Filadelfia es Pat Solitano, un hombre con serios problemas mentales y adicto a los fármacos de prescripción, que ha perdido todo, su casa, su mujer y su vida como siempre la conoció. Pero lo mejor está por llegar, después de cruzarse con otro caso mental de consideración, Tifanny (interpretado por Lawrence), que acaba de pasar por una depresión tras la muerte de su esposo, un policía.
La mujer admite, mientras conoce a Pat, que la enfermedad la llevó a acostarse con todas las personas de su oficina y que está buscando un cambio. Juntos encuentran puntos en común, y la chica le promete colaboración para volver con su esposa si le ayuda a conseguir uno de sus sueños.
El proyecto resulta ser un concurso de baile en el que Pat se niega a participar. Pero como era de esperar en los libretos románticos de Hollywood, al final acepta y se acaba enamorando de la chica. Y no es de extrañar. Pese al notable talento masculino del reparto, Lawrence es, una vez más, la auténtica estrella. Aunque solo tenía 21 años cuando se rodó, la entereza y la madurez de su personaje levantan la cinta y la sostienen.
Quizá por eso Gary Ross, su director en Los juegos del hambre, lo tuvo claro al apostar por ella como futura gran estrella de la pantalla, alguien con tanto talento que está seguro de que llegará hasta el final.
Incluso su papel en la taquillera película llamó la atención de los críticos por su tensión y su seriedad, una carrera que, de momento, tendrá continuidad con Los juegos del hambre 2: en llamas.
Sin embargo, reconoce que está al principio de su carrera y por eso se divierte en los rodajes, especialmente en éste, en el que tuvo que bailar y meterse en la piel de una persona más mayor. Su madurez convenció bajo la dirección de Russell, «un sueño hecho realidad» para la de Kentucky, que se sintió protegida en todo momento. Además, encontró la química necesaria con Cooper, un actor con el que también estuvo trabajado en el rodaje del filme Serena, que se estrenará en 2014.
