Titirimundi ya está aquí. El carrusel del Azoguejo anuncia el festival que empieza mañana, y la organización ultima los preparativos para que todo salga bien, y artistas y espectadores queden encantados un año más. La Alhóndiga acogió ayer por la tarde el encuentro con los cerca de cien voluntarios, el alma de la organización, para darles todas las instrucciones que harán que el festival funcione de acuerdo al programa.
La marea fucsia inundará en unos días las calles de la capital segoviana. Es el color elegido este año para las camisetas de los vountarios, que ayer recibieron, junto con una bolsa con las credenciales y demás utensilios.
El director de Titirimundi, Julio Michel, se dirigió con unas breves palabras de presentación a los voluntarios, entre los que predominaban las mujeres sobre los hombres, y los jóvenes sobre los mayores, con edades comprendidas entre los veinte y los cuarenta años. Michel agradeció la colaboración de los voluntarios del certamen, para los que en algunos casos es su primera experiencia en el festival de títeres segoviano. Alrededor del 70 por ciento de los voluntarios son repetidores.
Entre los voluntarios hay sobre todo segovianos, aunque también proceden de otros países, como Francia, Italia y Brasil, que han oido hablar de Titirimundi y quieren vivir la experiencia de uno de los mejores encuentros de títeres de todo el mundo. Los extranjeros pueden aportar el conocimiento de otro idioma con el que comunicarse con los espectadores de otros países, que también visitan Segovia estos días.
Durante la reunión que ayer mantuvieron en La Alhóndiga, los voluntarios recibieron información sobre las numerosas localizaciones de Titirimundi, que en unos días conocerán al dedillo, y sobre los problemas o incidencias más frecuentes que deberán atender durante todas las sesiones de teatro. El objetivo es que todo se desarrolle según lo previsto y que Segovia se convierta durante el mes de mayo en la capital mundial de los títeres, en la décimo sexta edición del certamen.
El alma de la organización de Titirimundi
Natalia. Es mediadora cultural, y participa por primera vez como voluntaria, “porque me gusta ver cómo se monta un evento así desde dentro”. Francesa, aunque residente en Madrid, nunca ha estado en Titirimundi.
Santi. “Estoy estudiando en Segovia y he visto la oportunidad de participar, porque me gusta este rollo”. Para este santanderino, será también su primera vez, y afirma que “estamos dispuestos a currar”.
Nuria. Será voluntaria por segundo año consecutivo, y lo que más le gusta a este segoviana de Titirimundi es el contacto con los pequeños espectadores, y la posibilidad de ver los espectáculos desde un buen sitio.
