La creciente participación de estudiantes de Bachillerato en las protestas contra la reforma de las pensiones en Francia y el bloqueo que las huelgas han impuesto al suministro de combustible protagonizaron ayer la nueva jornada de paro, apoyada según un sondeo por el 71 por ciento de los ciudadanos galos, y que se saldó con una joven hospitalizada por los altercados en las calles.
Enfrentamientos con la Policía y escenas casi de guerrilla urbana en algunas zonas del país invadieron las televisiones e internet en la nueva protesta masiva convocada por los sindicatos contra el plan del Gobierno y su medida más destacada: el retraso en dos años, hasta los 62, de la edad mínima legal de jubilación.
Cubos de basura volcados e incendiados a la puerta de los institutos y enfrentamientos con las fuerzas del orden protagonizados por «vándalos», según las autoridades, dominaron durante las primeras horas los informativos de televisión y las crónicas de radio.
Varios altercados violentos se vivieron en distintas ciudades del país. Así, la Policía utilizó gas lacrimógeno para dispersar una protesta convocada en Nanterre, a las afueras de la capital, mientras que una estudiante de 15 años fue hospitalizada por las heridas sufridas tras el estallido de una moto situada junto a un cubo de basura.
Pero con 4.000 surtidores de gasolina a la espera de suministro, la urgencia de recuperar la normalidad del abastecimiento energético fue el motivo que obligó a intervenir al presidente de la República, Nicolás Sarkozy, quien aseguró que actuará para impedir que haya escasez.
«Hay gente que quiere trabajar y no puede estar privada de combustible», dijo el mandatario, quien reiteró que la reforma de las pensiones es un asunto sobre el que ha «reflexionado mucho».
Sarkozy subrayó que el proyecto no puede retrasarse si se tiene en cuenta que actualmente una de cada 10 pensiones se tiene que financiar con deuda, ya que las cotizaciones no son suficientes.
Ya el lunes, el presidente advirtió de que no habrá cambios en la línea gubernamental sobre las pensiones, de la que dijo que «es perfectamente normal y natural que cree inquietudes y oposición. Es normal, también, y natural que en una democracia parlamentaria se asegure de que los automovilistas tengan gasolina y que no haya enfrentamientos», agregó.
El primer ministro, François Fillon, llamó a una reunión especial para analizar la situación del suministro de combustible, que, en algunas zonas del país, siguió dominada por las esperas ante los surtidores mientras la patronal avisó de que los bloqueos de las refinerías tienen ya coste económico, aunque no lo cifró. El jefe del Ejecutivo estimó que harán falta «cuatro o cinco días para restablecer la normalidad» en las gasolineras, sobre cuya situación real pareció no haber datos perfectamente fiables.
Pero Fillon no ahorró calificaciones para las acciones de los manifestantes más agresivos y habló en la Asamblea Nacional de «intimidación, bloqueo y violencia», durante la habitual sesión de preguntas al Gabinete.
La asistencia a las cerca de 270 manifestaciones preparadas en todo el país volvió a ser masiva, aunque la guerra de cifras entre organizadores y Gobierno vivió una etapa reeditada.
En París, la protesta alojó en las calles a unas 330.000 personas, tantas como en la del 12 de octubre, según el sindicato CGT, mientras que las autoridades dejaban en 67.000 el número de asistentes.
En el conjunto del país, la CGT aseguró que volvieron a marchar en contra de la modificación 3,5 millones de personas, cifra que el Ejecutivo rebajó hasta los 1,1 millones, unas 130.000 menos que en la jornada del día 12.
Los desfiles y el paro al que se llamó a los franceses pretendía presionar al voto en el Senado de la reforma de las pensiones, un proyecto todavía sometido al debate de cientos de enmiendas presentadas por la oposición. Por ello, es posible que la decisión acabe demorándose hasta más allá del fin de semana, es decir, después de que los sindicatos valoren el empuje que tiene su convocatoria.
El impacto de la huelga se notó sobre todo en los transportes, especialmente en los trenes y aviones, aunque menos en el transporte colectivo en las ciudades; el seguimiento en las empresas públicas fue moderado, con tendencia a disminuir en relación con huelgas precedentes.
Otros datos.-
180 vuelos cancelados. La nueva huelga convocada ayer en Francia contra la reforma del sistema de pensiones obligó a cancelar 180 vuelos entre los aeropuertos españoles y europeos, un 44,2 por ciento del total de los 407 programados para la jornada.
Sin concierto. El paro obligó a suspender el concierto previsto para ayer en Madrid del violinista Vadim Repin y de la Orquesta de París.
4.000 gasolineras. El Gobierno cifró en unas 4.000 las gasolineras con problemas de suministro de combustible, como consecuencia del corte de abastecimiento por los bloqueos impuestos a las refinerías del país por los huelguistas.
Pancartas con humor. ¿Jubilación a los 67? ¿Por qué no a los 69? Si nos van a joder, por lo menos elijamos la posición, rezaba un letrero. No muy lejos, en una sábana se podía leer: Carla, somos como tú. Nos está jodiendo el jefe del Estado, en alusión a la primera dama.
