Los españoles han dado la espalda a la dieta mediterránea y a los hábitos de vida saludable que lleva aparejados, según se desprende de la primera Encuesta Nacional de Ingesta Dietética Española, que arroja muchos datos «preocupantes», como el sedentarismo de casi la mitad de la población.
Debería preocupar también, a juicio de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, promotora del sondeo, que solo el 43 por ciento de los ciudadanos consuma hortalizas a diario o que comamos, de media, menos de tres piezas de fruta, la cantidad mínima recomendada.
Otro dato preocupante: en el ránking de alimentos más consumidos, las bebidas alcohólicas y los refrescos ocupan el cuarto y quinto puesto, por detrás de la leche, las frutas y los vegetales, y por delante de productos saludables como el pescado, los zumos, la pasta y las legumbres, entre otros.
Estos y otros factores explicarían que 56 de cada 100 españoles mayores de 18 años sufra problemas de sobrepeso u obesidad, porcentaje que ya se sitúa en la cuarta parte de los menores.
Unas 3.000 personas de entre 18 y 64 años colaboraron en la elaboración de esta primera Encuesta Nacional de Ingesta Dietética en España, presentada por Roberto Sabrido, presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. De ella se desprende que a una mayor formación académica no se corresponde una alimentación más saludable, «influye, pero no significativamente», puntualizó Sabrido, y que comemos más proteínas y grasas de las recomendadas y menos hidratos de carbono de los debidos.
Casi el 30 por ciento de los españoles come a diario fuera de casa y el 20 confiesa que se ha puesto a dieta «recientemente» -más mujeres que hombres-, mientras que el 17,57 toma o ha tomado suplementos vitamínicos minerales y/o productos nutricionales.
Entre líquidos y sólidos, cada español ingiere de media a diario aproximadamente tres kilos, casi lo mismo que los franceses, a quienes superamos en bebidas alcohólicas, como también ocurre con los estadounidenses. En la UE, nos ganan británicos y holandeses. La alimentación de los españoles «no es peor» que la de nuestros socios comunitarios, y en lo que sí ganamos a todos, y por goleada, es en el consumo de productos del mar.
Los españoles estamos bien hidratados, ya que bebemos al día una media de dos litros, de los cuales el 61 por ciento corresponde a agua del grifo, comemos 163 gramos de cereales, excluyendo la bollería, y preferimos el pan blanco al integral. Comemos demasiada bollería a diario y preocupa que la ingesta de bollos, galletas y otros dulces industriales sea mayor entre los menores.