Tan desapacible como el tiempo atmosférico de la calle, estaba ayer el clima laboral dentro de la fábrica de Primayor Elaborados. Los trabajadores de la empresa, en proceso concursal desde el verano del año pasado, decidieron acudir a preguntar por los atrasos que se les debe desde el año 2007 en concepto de actualización del IPC.
Como se recordará, los administradores concursales solicitaron la liquidación de la empresa y ha sido autorizada por el Juzgado de lo Mercantil, con el consiguiente expediente de regulación de empleo (ERE), que sería definitivo y que supondría el despido de los más de cien empleados que todavía quedan en la factoría, conocida también como La Choricera.
Fue a media mañana cuando los trabajadores, ante la falta de explicaciones facilitadas por los responsables de la empresa, decidieron subir a las oficinas para conocer el estado de sus nóminas.
“Si la fábrica se cierra y nos van a echar, que nos den antes lo que nos deben”, gritaba ayer una de las trabajadoras pertenecientes al grupo de unas 70 personas que se reunieron en la zona de vestuarios.
Las cantidades que se les adeudan son variables. En algunos casos acumulan en torno a los 1.500 euros, y otros 1.800, según reconocieron ayer los trabajadores.
“Son cantidades importantes y sobre todo cuando vemos que lo vamos a necesitar para hacer frente a lo que se nos viene encima ahora”, añadía.
Diferencias
Los miembros de la plantilla de Primayor Elaborados han expresado su indignación por el hecho de que se estén pagando facturas posteriores a la fecha en que están contraídas las deudas con los empleados, tal como afirmó el presidente del comité de empresa de Primayor Elaborados, José Antonio Revilla.
Pero sobre todo les parece una contradicción el que no se paguen los salarios en su totalidad y se estén haciendo horas extraordinarias. En este sentido denunciaron que algunos trabajadores han tenido que hacer más de cien horas extras al mes “cuando está prohibido superar las 80 horas, y así se lo hemos hecho saber a la Delegación Territorial de Trabajo”, añadía el representante del comité de empresa.
“Por un lado dicen que hay que hacer horas extras para mantener la actividad y por otro presentan un ERE; esto es de locos”, añadía Revilla.
Por todo ello, los trabajadores se han dirigido a los administradores concurales para que les expliquen si van a autorizar el pago de los atrasos y que les avancen el momento en que se cerrará la empresa.
Primayor Elaborados es una de las sociedades que se acogieron al proceso concursal en el verano de 2007 tras conocerse la delicada situación financiera en que se encontraba todo el grupo, según desveló este diario en el verano anterior. Para intentar reflotar las empresas, la Consejería de Agricultura aportó diez millones de euros en ayudas de salvamento para tres de ellas: Proinserga S.A.; Primayor Elaborados; y Castileón 2000.
