El matrimonio chileno formado por Francisco Solar, alias ‘Cariñoso’, y Mónica Caballero, ‘Moniquita’, negaron haber colocado una bomba en la Basílica del Pilar de Zaragoza el 2 de octubre de 2013 y haber intentado atentar contra el Monasterio de Montserrat, durante el juicio celebrado en la Audiencia Nacional. Ambos defendieron las “virtudes” que, a su entender, tiene el anarquismo.
La fiscal Teresa Sandoval solicitó a la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal que sean condenados a sendas penas de 44 años de cárcel por un delito de pertenencia a organización terrorista, otro de lesiones terroristas, estragos terroristas y conspiración para cometer otro delito de estragos en el Monasterio de Montserrat de Barcelona.
Los acusados, que declinaron responder a las preguntas del Ministerio Público, afirmaron que no se reconocían en las imágenes de videovigilancia captadas en Zaragoza y añadieron que fueron a Montserrat “única y exclusivamente por un interés cultural”.
Francisco Solar, conocido como ‘Cariñoso’, expuso ante el Tribunal las buenas notas obtenidas en la Escuela de Filología en la que se matriculó tras llegar junto a su mujer en 2012 a Barcelona. El acusado argumentó que su mujer vendía postres a restaurantes chilenos y que ambos se sustentaban gracias a sus ahorros y a la ayuda económica que recibían de la familia.
A la pregunta de su defensa sobre si era anarquista, el acusado respondió afirmativamente. “Sí, soy anarquista porque entiendo que es la libertad alejada de toda coacción. Pienso que la creatividad individual surge cuando no hay autoridad ni órdenes ni mandamientos rectores, que solo atrofian y degradan la conducta humana. El Estado implica subordinación y es contrario a todo intento de libertad, implica también la existencia de usureros y explotadores”, expuso Solar.
Ante tales afirmaciones, la presidenta del Tribunal exclamó: “¡No nos de un mitin, no nos interesa!”, además de instar a la defensa a centrar sus preguntas en los hechos investigados.
Poco después, Solar aseguró que no había pertenecido a ninguna organización puesto que “coartan la libertad individual y reducen la iniciativa de las personas a pautas de comportamiento previamente establecidas”, lo que llevó a la magistrada Murillo a recordar que al Tribunal no le interesa su “ideología”.
‘Moniquita’ siguió los pasos de su marido, con quien se casó en junio pasado mientras se encontraba en prisión preventiva, y aseguró que ella tampoco había pertenecido a ninguna organización, porque “jamás” se sometería a una estructura con “base jerárquica y cualquier forma de mando, cúpula o poder es dañina para la integridad humana”, palabras que también tuvieron que ser cortadas por la magistrada, quien advirtió: “¡El público si no guarda silencio se va a la calle inmediatamente!”.
Los acusados, que resultaron absueltos del ‘caso Bombas’ de Chile, rechazaron haber tenido contacto con explosivos. Caballero afirmó que la Policía no le mostró ninguno de los artículos incautados en su domicilio, en cuyo registro se localizó un fular negro o unas gafas oscuras similares a las que portaban los sospechosos identificados en las cámaras de Zaragoza.
La mujer que resultó herida en el atentado expuso que la deflagración le causó “la rotura del tímpano, la pérdida de la audición y contracturas en la mandíbula” y que desde entonces sobrevive gracias a una pensión y a la ayuda de sus familiares. “No puedo volver a la Basílica, me tiembla el cuerpo”, matizó la testigo.
Varios policías explicaron que la cámara colocada en un bar de la plaza de El Pilar captó a dos individuos, “excesivamente abrigados” y cubiertos con un gorro de agua y una pamela en un “día veraniego”, sentarse en la terraza cargados de una especie de nevera, en la que sospechan que se encontraba el artefacto explosivo. Los agentes relataron que se trataba de las mismas personas que llegaron a la estación de autobuses de Zaragoza desde Barcelona y que eran las mismas que habían sido vistas en el metro de la ciudad.
