Deformación del canal de plomo: El canal de plomo de 30 cm de ancho por 30 de alto contaba con una pletina en forma de U y tensores. Su deformación provocaba que el agua de la lluvia recogida por las albardillas que coronan el muro quedase estanca sin posibilidad de evaporación. Lo que genera dos patologías: en los mampuestos formados con cal y canto, las filtraciones lavan los finos, dejándolos sin asiento, creando abombamientos e incluso desplomes cuando el problema persiste. En las dovelas, son visibles las manchas de salitre de las sales interiores. En invierno, la humedad acaba exfoliando el granito, generando una pérdida volumétrica en la capa superficial importante en muy poco tiempo.
Corte del canal de plomo: La actuación consiste en retirar el canal, cortándolo en piezas de un metro, limpiar la zona y reponer las juntas de mortero que unen las piedras que forman el canal de piedra (talladas en piezas enteras), así como las albardillas de coronación con el único criterio de reponer el mortero que falte o esté degradado «La máxima es el respeto al monumento. No se elimina nada de lo que esté en buen estado», comentó Barbero.
Rejuntado con cal hidráulica: El rejuntado se realiza con un mortero confeccionado con arena de río y cal hidráulica, procedente de Saint Astier – Francia pues en España no se produce. Este tipo de cal es idónea en monumentos históricos donde hay un grado importante de humedad o tienen que mantener agua estanca. “Este tipo de cales funcionan mejor que las cales aéreas porque el grado de carbonatación es muy bajo y se disgregan en un período corto”, explicó el artesano.
Seguridad: El canal del Acueducto permite trabajar de forma segura por su anchura (30 centímetros) y altura (una media de 50 cm), además de dos muros de 70 centímetros a cada lado. La empresa utilizó un sistema de gatos horizontales, a los que se anclan los trabajadores, ante la imposibilidad de habilitar “una línea de vida, que habría supuesto taladros para la instalación de pértigas y cables acerados”.
Acabado: Se procederá al envejecimiento de las juntas para evitar que se vea en fotos aéreas. Además, el agua de lluvia podrá evaporar de forma natural. “No podemos desecar un muro que lleva siglos con un grado de humedad, esto le haría quebradizo y perdería elasticidad”, apuntó Barbero.