El veranillo de San Miguel se hizo sentir ayer en la villa y favoreció que los cuellaranos disfrutaran en las calles la festividad de su patrón. En el municipio no se hizo sentir la huelga general y las actividades se llevaron a cabo con lo servicios mínimos de los operarios municipales. En las calles menos ambiente y menos participación de público que en años anteriores.
La programación elaborada desde la concejalía de Cultura para esta jornada recogía diversas actividades entre las que destacó el tradicional encierrillo y la posterior probadilla. La vaquillas del encierrillo protagonizaron algunos momentos de peligro en su recorrido entre la Plaza de Toros y el cruce de San Francisco, el cual realizaron en tres ocasiones. Así dos jóvenes sufrieron revolcones y también una persona mayor que se encontraba en el ruedo y a la que la vaquilla arrolló.
Tras la probadilla a las 13.00 horas los gigantes y cabezudos tomaron salida de San Francisco para recorrer las calles de la villa al son de la dulzaina y el tamboril. Por la tarde la Plaza de La Soledad acogió las actividades infantiles de ocio y aventura, algunas de ellas de agua dentro de la iglesia de San francisco, que los más pequeños pudieron disfrutar hasta las 21.00 horas.
En la jornada previa, en la noche del lunes, se cerraron las fiestas en el barrio de El Salvador con las tradicionales patatas con carne que degustaron centenares de personas.
Los dieciocho establecimientos participantes en esta edición del certamen centraron ayer la atención de las personas que salieron a disfrutar de este dia festivo. Todas ellas tuvieron ocasión, tras disfrutar de las tapas, de depositar su voto, votos que se sumarán a la votación realizada por el jurado profesional el pasado jueves para determinar cuál es la tapa ganadora de esta undécima edición del certamen. Entre todas las papeletas de voto depositadas en las urnas se realizará un sorteo de cinco cenas.
