Los dos partidos conservadores portugueses acordaron ayer iniciar conversaciones formales para integrar un Gobierno de mayoría absoluta que esté en funciones el 23 de junio, cuando se celebra la próxima cumbre europea.
Los contactos sostenidos entre el Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha), ganador de las legislativas del pasado domingo, y los democristianos del Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP) permitieron apenas acordar el inicio y el formato de las negociaciones.
Pedro Passos Coelho, presidente del PSD, recibió el pasado lunes del jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva, de su mismo partido, el encargo de presentar con urgencia un Ejecutivo que sustituya al de José Sócrates, el premier derrotado que, tras seis años en el poder, renunció el domingo al liderar su partido.
También en las filas socialistas hubo ayer reuniones de alto nivel para preparar la sucesión de Sócrates mediante la convocatoria de un proceso electoral del que debe salir un nuevo secretario general en el mes de julio.
En las filas conservadoras, apremiadas para cumplir el encargo de Cavaco -la figura más relevante del PSD- y tener un nuevo primer ministro luso en el próximo Consejo europeo, el escollo principal se presenta en el reparto de las carteras ministeriales.
Passos Coelho prometió en la campaña electoral un Ejecutivo austero, de solo 10 miembros, pero el CDS-PP prefiere, según lo trascendido a los medios, un Gobierno más numeroso, en el que pueda tener mayor participación.
El PSD, que logró el domingo su mayor victoria legislativa de las últimas dos décadas, obtuvo 105 de los 230 escaños del Parlamento y podrá gobernar con la tranquilidad de una mayoría absoluta gracias a los 24 diputados democratacristianos.
Aunque durante la campaña, y en la noche electoral, tanto Passos Coelho como Paulo Portas, el líder del CDS-PP, se mostraron convencidos de formar juntos un «Ejecutivo de mayoría», todavía tienen que ponerse de acuerdo en sus pormenores.
Cavaco Silva, que encargó al día siguiente de los comicios la formación del Gabinete al líder del PSD, apeló a los graves problemas del país para urgir un acuerdo antes de que se publiquen los resultados oficiales de las elecciones.
Pero el Partido Comunista (PCP), cuarta fuerza electoral del país con 14 diputados, hizo ayer una dura acusación contra el jefe de Estado por la premura con la que hizo el encargo al líder de su partido, y recordó que debe escuchar también a las demás formaciones políticas, con las que aún no se ha reunido.
Jerónimo de Sousa, secretario general del PCP, consideró inconstitucional esa actitud y las intervenciones de Cavaco en la víspera y el día de las elecciones, en las que criticó la abstención.
El jefe de Estado emitió un comunicado tras encomendar la formación del Gobierno a Passos Coelho en el que recordó que era el ganador de los comicios y que Portugal atraviesa una «grave situación económica y social».
Sócrates, que renunció en marzo tras el rechazo parlamentario de su cuarto plan de austeridad, tuvo que solicitar el rescate financiero de Portugal a la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pocos días después.
El Ejecutivo de Passos Coelho deberá cumplir el estricto programa de reformas económicas del que depende la entrega de 78.000 millones de euros en los próximos tres años.
Algunas de esas medidas deben aplicarse este mismo mes, en medio del cambio de Gobierno, entre ellas la apertura del proceso de reestructuración del mayor banco luso, la estatal Caixa Geral de Depósitos.
