Que no nos maten la ilusión». En los ojos de Sara Moreno, cofrade desde hace años de la Cofradía de la Soledad al Pie de la Cruz y el Santísimo Cristo en su Última Palabra, se adivinaba ayer la impotencia de muchos integrantes de la cofradía que este año han visto frustrado su deseo de acompañar en los actos de Semana Santa a las dos imágenes de Aniceto Marinas debido a la decisión adoptada por la directiva de no participar en las procesiones a causa de las inclemencias meteorológicas.
La decisión ha suscitado una gran contestación por parte de un núcleo significativo de cofrades del barrio de San Millán, que aseguran no entender cómo se ha adoptado una medida de este calado sin tener en cuenta la opinión de las decenas de personas que como cofrades, penitentes, montadores o músicos, que dedican gran parte del año a preparar la participación de su cofradía en la Semana Santa.
Juan Velasco, cofrade desde hace casi dos décadas, explica que la decisión se adoptó en la tarde del Miércoles Santo en una reunión en la que estaban presentes dos miembros de la directiva y los sacerdotes de la parroquia, y tras conocerse, suscitó una amplia reacción en contra a través de las redes sociales. En la mañana del Jueves Santo, los cofrades más jóvenes improvisaron un encuentro con uno de los párrocos, que reiteró que la decisión obedece a la protección de las imágenes, cuyo valor «es incalculable y no se puede arriesgar», en palabras del sacerdote repetidas por Velasco.
El Jueves Santo fue un día «de mucha tensión», según explicó Sara Moreno, en la que los cofrades contrarios a esta decisión expusieron muchas alternativas para poder participar en el traslado procesional, conscientes de que el tiempo era incierto y la amenaza de lluvia era constante. «En la tarde del jueves, que apenas llovió, expresamos nuestro deseo de salir teniendo en cuenta que tenemos unas magníficas protecciones de plástico para nuestras imágenes- explicó Moreno- y que el montaje de los pasos podríamos hacerlo en poco menos de media hora, pero la negativa fue rotunda, siempre con el mismo argumento».
«Lo que más nos duele es que el resto de cofradías decidieron salir el Jueves y pudieron procesionar y que a nosotros no se nos ha dado la oportunidad y se nos ha tenido engañados en todo momento -aseguró Velasco-, sin que los sacerdotes de la parroquia hayan dado la cara para explicar los motivos». Además, indicó que «nos da la impresión de que hay interés por parte de algunas
personas en el barrio de que San Millán deje de salir en la procesión, pero Segovia se merece que nuestra cofradía pueda procesionar».
De cara al próximo año, los cofrades reclaman que se establezca un protocolo de actuación que regule la participación de la cofradía, y se mejoren los cauces de comunicación y de participación en las decisiones que se adopten. «No es el momento de buscar culpables -aseguró Moreno- sino de luchar todos juntos para poder participar haciendo las cosas bien y fomentando la participación de todos».
Por su parte, Miguel Angel Clemente, presidente de la Cofradía, aseguró que este año “hemos aprendido una nueva lección de la que sin duda extraeremos las conclusiones que sean oportunas para años sucesivos”, y expresó la intención de la junta directiva que preside de escuchar todas las opiniones para mejorar. “Entendemos y aceptamos todas las críticas y para el próximo año vamos a trabajar para intentar mejorar en la medida de lo posible con la ayuda de todos”, concluyó.
