Después de que el pasado domingo las fuerzas de la coalición internacional destruyeran un edificio situado dentro del palacio de Muamar el Gadafi en Trípoli, la ofensiva de los aliados se volvió a centrar ayer en la capital libia, donde nuevamente se registraron varias explosiones, que la televisión estatal atribuyó al «enemigo cruzado». Las detonaciones se oyeron desde el centro de la ciudad, seguidas del fuego de baterías antiaéreas.
En el cielo de la capital se apreciaban, al cierre de esta edición, decenas de trazos rojos que deja el fuego antiaéreo sobre el fondo nocturno.
Por su parte, la agencia oficial libia Jana afirmó que «los imperialistas cruzados lanzan bombas y misiles sobre algunas zonas de la ciudad de Trípoli», aunque a sus habitantes «no les aterrorizan» porque «es una operación fracasada, no es más que un juego».
«El gran pueblo libio ha construido su gloria y está acostumbrado desde hace décadas al enfrentamiento continúo contra estos enemigos cruzados», añadió.
Por su parte, en la asediada Bengasi, los rebeldes, liberados de la presión de las tropas de Gadafi, intentaron recuperar el terreno perdido antes de que comenzaran los ataques de la coalición internacional y continuaron los combates en Ajdabiya, en la zona oriental del país y Misrata, en el oeste.
En los alrededores de capital insurgente y en la carretera que la une con Ajdabiya, a 160 kilómetros al sur, se podían ver varios tanques y vehículos calcinados tras tres días de ataques aéreos de las fuerzas internacionales sobre las tropas del régimen, que asediaban el bastión opositor desde el pasado jueves.
Probablemente, las tropas gadafistas abandonaron los blindados y el resto de equipamiento militar poco antes de que atacasen los aviones de la coalición, ya que no han aparecido cadáveres hasta el momento en la zona.
Mientras, en Misrata, al menos nueve personas murieron después de que las milicias leales al coronel abrieran fuego contra una multitud «desarmada». «La población salió desarmada a las calles y al centro de la localidad en un intento por impedir la entrada de las fuerzas del coronel Gadafi en la ciudad», explicó un testigo. Cuando los manifestantes llegaron al centro, «las fuerzas de Gadafi comenzaron a disparar con artillería y pistolas».
Según Abdelhafid Ghoga, vicepresidente y portavoz del Consejo Nacional Transitorio (CNT), órgano de dirección de los rebeldes en el este del país, la entrada oriental de esa ciudad ha sido recuperada por sus tropas.
Ghoga manifestó que a las milicias gadafistas que todavía continúan parapetadas en algunos edificios de Bengasi se les dio de plazo hasta la noche de hoy para rendirse y advirtió de que, en caso contrario, serán considerados «enemigos de la revolución».
El opositor rechazó cualquier diálogo o posible contacto de los rebeldes con el régimen de Trípoli, en referencia a la «marcha verde» hacia Bengasi a la que instó ayer el coronel para «arreglar pacíficamente» el conflicto.
Gadafi llamó a los libios de todas las regiones del país a organizar una «movilización verde popular estratégica» hacia la capital de los insurgentes con ramas de olivo en las manos para impedir «la agresión extranjera».
La expedición debería reagrupar a decenas de tribus libias para «arreglar los problemas de forma pacífica y no dar ocasión a los enemigos que atacan Libia y buscan apoderarse de sus riquezas».
«El dictador y sanguinario Gadafi busca sembrar la cizaña y la división en el seno de los libios. Advertimos a todas las personas que se aproximen a Bengasi en el marco de esta marcha que serán consideradas como enemigos», afirmó Ghoga.
