La coalición internacional de la OTAN en Libia ha estallado. Después de que Muamar el Gadafi anunciase el pasado sábado su retirada de Misrata para, horas después, bombardearla con más fuerza que nunca y prolongar su asedio hasta ayer (han muerto más de 50 personas en los últimos tres días), las fuerzas aliadas decidieron enviar un mensaje al coronel intensificando sus ataques aéreos contra diferentes objetivos de Trípoli, entre los que incluyeron la residencia oficial del dirigente.
Según los medios oficiales, las bombas destruyeron totalmente un edificio que albergaba las oficinas de Gadafi y que estaba situado en el interior del complejo residencial de Bab Al Aziziya. Además del palacio, los bombardeos de los cazas de la OTAN alcanzaron «zonas civiles y militares» de Trípoli, según la agencia Jana, que resaltó que al menos tres personas murieron en la ofensiva.
La televisión oficial difundió imágenes de lo que fue presentado como los daños ocasionados por los ataques aéreos en el palacio-cuartel del coronel.
Decenas de personas se concentraron en la zona, alrededor de un amasijo de hierros y cemento, gritando eslóganes contra la Alianza Atlántica y exhibiendo retratos de Gadafi y la bandera verde simbólica del régimen de Trípoli, según las mismas imágenes.
La primera reacción oficial a los bombardeos fue la del primogénito del líder libio, Seif El islam, que calificó la operación de la OTAN de «cobarde». «Esta agresión, llevada a cabo de noche, es cobarde y no nos atemoriza. No vamos a rendirnos, no vamos a levantar la bandera blanca», afirmó.
El presentado durante mucho tiempo como el posible sucesor del dirigente al frente del país consideró que «la OTAN ha perdido la batalla de antemano porque millones de personas apoyan a Gadafi. Le siguen millones de jóvenes que no tienen miedo», añadió.
Hace dos días, los aviones de la coalición bombardearon un objetivo en las inmediaciones del palacio del coronel, afirmando que era un búnker, mientras el Gobierno de Trípoli sostuvo que se trataba de un aparcamiento de vehículos privado.
En marzo pasado, antes de que la OTAN tomase el mando de las operaciones, aviones de la coalición llevaron a cabo los primeros bombardeos contra la residencia de Gadafi y destruyeron lo que fue presentado como un puesto de mando militar.
Desde hace más de una semana, los aviones aliados llevan a cabo ataques incesantes contra diferentes objetivos en numerosas ciudades libias como Sirte, El Hira, Gheryane, Khoms y también Bir El Ghnem.
Los medios estatales afirman que esos bombardeos han provocado la muerte de al menos 20 personas, lo que ha sido desmentido repetidamente por la Alianza.
acoso sin tregua. Sin embargo, el aumento de la cadencia de los ataques aéreos de la OTAN no parece haber disuadido a las fuerzas fieles a Gadafi de renunciar a sus ataques contra los civiles de Misrata, convertida en la plaza fuerte de la lucha contra el régimen de Trípoli y que sigue sufriendo el acoso de las bombas gubernamentales.
De nuevo esta ciudad, asediada desde hace dos meses, fue objeto de intensos bombardeos con misiles Grad, de artillería pesada y de obuses de carros de combate.
Un habitante de la urbe declaró a la cadena de televisión Al Arabiya que 12 personas, incluidos dos niños, habían muerto por la mañana. Otro testigo indicó que durante el fin de semana, otros 42 ciudadanos habían perdido la vida y más de 150 resultaron heridas.
Ataques similares de los gadafistas se registraron por la tarde en las localidades de Yefren, El Kalaa y Zenten, más al oeste, donde fallecieron al menos cuatro civiles.
