Los ministros del Interior de los 28 no lograron ayer acercar posturas —pese a un debate que duró cinco horas— sobre las cuotas obligatorias de demandantes de asilo que ha propuesto la Comisión para aliviar la presión que sufren Italia y Grecia por la crisis migratoria en el Mediterráneo. La negociación queda ahora en manos de los líderes europeos, que la abordarán en la cumbre del 25 y 26 de junio.
“Hay divergencias de opiniones sobre esta cuestión. No hay una posición común sobre si (el sistema) debe ser voluntario u obligatorio y también hay una divergencia de puntos de vista sobre los criterios que deben utilizarse para calcular estas posibles cuotas”, resumió el ministro del interior letón, Rihards Kozlovskis, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la Unión Europea, al término del encuentro.
Bruselas propone repartir a un total de 40.000 demandantes de asilo que lleguen a Italia y Grecia entre el resto de Estados miembros mediante un sistema de cuotas obligatorias que se basa en cuatro criterios: la población, el PIB, los esfuerzos pasados y la tasa de paro. A España le ha adjudicado un total de 4.288, mientras que Alemania y Francia son los países con mayor cuota asignada (8.763 y 6.752, respectivamente).
El ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz, explicó que en la reunión se evidenciaron “tres posiciones” diferentes frente a esta propuesta.