Poco o nada les duró la alegría a los vecinos de la urbanización de la Fuente de la Bola. Tras las detenciones y registros del pasado viernes, todos pensaron que el fin de la situación de ocupación estaba muy cerca, pero cuál fue su sorpresa cuando los vieron volver por la tarde. Una de las vecinas del barrio asegura que la situación “es igual o peor”, y que solo tuvieron de tregua el sábado, porque el domingo, otro de los ocupas volvió. La música a todo volumen y las condiciones inexistentes de respeto en cuanto a la convivencia vecinal han vuelto a la zona, con la correspondiente decepción de los vecinos, que lo sufren día y noche.
Aparte del comportamiento en sí, la calle es, según relatan, “un auténtico basurero”; “no hay calle en Cuéllar que esté así”, comenta esta vecina, que reclama al Ayuntamiento o a quien competa una limpieza. Ruedas, sillas de coche para bebés, piezas de vehículos y todo tipo de basura llena la zona, y no descartan que en breve, dada la insalubridad, aparezcan incluso ratas. Consideran que el paso de la barredora, puntualmente, no es suficiente, y que se deben limpiar estas calles igual que otras de la localidad.
ATEMORIZADOS Los vecinos continúan atemorizados y exclaman que esto es “increíble”. Pensaron que el gran dispositivo desplegado el pasado viernes podía ser una buena señal, además de las esperanzas que los propios agentes les dieron cuando les comentaron que frente a la dificultad de acabar con una ocupación, la investigación les permitiría acabar con esta situación por otras vías. Pero sus esperanzas están otra vez perdiéndose, aunque han manifestado que ni se van a callar ni se van a quedar parados. El tema se debatirá en el pleno del próximo viernes, a pesar de que el equipo de Gobierno ya ha explicado en varias ocasiones cuáles son sus actuaciones y hasta dónde pueden llegar por competencias.
Los propios habitantes de la urbanización no se han sorprendido de que les hayan sido incautadas armas; “esta gente no tiene nada que perder”, manifestaban, a sabiendas de que conviven con personas peligrosas día a día. Aseguran que les han comentado que algunos de ellos tienen “hasta menos 18 puntos del carné de conducir”, pero se les ve conduciendo. Entienden que la Policía Nacional está realizando su investigación y que los procedimientos son lentos, pero quieren una solución cuanto antes, porque ya “no sabemos que hacer”. Cuando han visto que los ocupantes, de etnia gitana, no han obedecido ni las leyes de los mediadores que acudieron a su urbanización, y ahora la ley actúa tan despacio, solo les queda esperar activamente una solución.
Por el momento, piden que se retiren los residuos de la calle para evitar otros males debido a las condiciones. “Rabia e impotencia” son los calificativos que eligen, a la espera de una verdadera y pronta solución.
