Se vienen publicando con frecuencia comentarios relacionados con el poco caso que, desde hace años, Segovia recibe de los “mandamases” máximos y comunitarios, cuestión ésta que suele reflejarse en los presupuestos generales de ambos. Y es cierto que muchos “trenes” han pasado de largo por la provincia, sin que hayamos sido capaces de cogerlos, aunque solo hubiera sido sobre la marcha, como había que tomar en alguna ocasión aquellos históricos con máquina de vapor.
Me refiero hoy a “trenes” ante la noticia aparecida recientemente de que Renfe va a celebrar a lo largo de este año el 80 aniversario del momento en que la línea férrea Madrid-Ávila-Segovia fue la primera en sustituir el sistema de vapor por el eléctrico. Pero lo cierto es que ni antes la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, ni después ni RENFE ni el ADIF, se han molestado en hacer mucho por Segovia. Podemos recordar que el gobierno subastó en 1881 la concesión del ferrocarril de Segovia a Medina del Campo, que no entró en servicio hasta junio de 1884, (el último recorrido fue en Septiembre de 1993) y cuatro años más tarde, en 1888, se completaba el tramo Villalba-Segovia, tras la perforación de un túnel bajo el Guadarrama. Pero RENFE nunca ha tenido un buen comportamiento con nuestra provincia, repito, porque conservo numerosos recortes de este diario con quejas de todo tipo referidas al servicio entre Segovia y Madrid. Y ya hoy, esta vía solo presta servicio entre Segovia y Cercedilla (dos viajes diarios de ida y dos de vuelta) donde los viajeros han de hacer transbordo a otra unidad que les lleve hasta Madrid, o les traiga desde la capital. Mientras, el antiguo, clásico e histórico edificio remodelado de la estación segoviana, sigue esperando desde hace muchísimos años ser declarado BIC.
El ferrocarril tenía entrada y salida a nuestra ciudad, donde “moría”, teniendo que hacer cambio de posición de máquina para poder continuar o vía Madrid o vía Medina del Campo, para llegar a la cual pasaban por Segovia el “correo” de Santander y el expreso de Vigo, siempre con una detención aquí para que la máquina fuese puesta de nuevo en cabeza, operación que se realizaba en la ingeniosa plataforma que para tal operación servía. Cuando empezó a funcionar el Talgo, una unidad solía traerse a las inmediaciones de nuestra estación para probar su eficacia en un llamado triángulo férreo entre las vías de Madrid y Medina. Luego se habló del AVE, que en un principio se “olvidó” de Segovia y solo de “rebote” se consiguió que pasara por aquí, aunque a una distancia inadecuada del centro de la ciudad.
Hay otro “olvido” notable del que no se tiene mucha memoria, pero en mi archivo figuran algunos datos. En 1964, el Consejo Económico Sindical de Segovia acordó solicitar un nuevo emplazamiento de la estación del ferrocarril en la entonces llamada zona del Velódromo, que estaba reservada para tal destino en el Plan de Ordenación. En Junio de 1965, el Ayuntamiento recibió una comunicación de la Dirección General de Transportes Terrestres del Ministerio de Obras Públicas informando de que se había aprobado el anteproyecto de estación de viajeros de Segovia en la zona de La Piedad (variante de la línea de Segovia a Medina del Campo). Este anteproyecto preveía el arranque de una nueva vía aproximadamente desde el punto de bifurcación actual de las líneas de Madrid y Valladolid, para seguir por la zona de Las Lastras pasando por un túnel de 1.049,70 metros de longitud y salir al aire libre rebasada la carretera 110 de Soria a Plasencia. La nueva estación dispondría de tres andenes sobre una zona de 20.000 metros cuadrados, hasta las cercanías del camino que, junto al Pinarillo, sube hacia La Piedad (es decir, espacio de propiedad privada que ahora se utiliza como estacionamiento de autobuses y turismos). Por detrás del Pinarillo se haría que el nuevo trazado empalmaría con la vía de Hontanares. Se aspiraba así a tener la estación del ferrocarril junto a la que entonces se proyectaba para estación de autobuses. El coste del anteproyecto se calculaba en 132.900.000 pesetas. (Unos 800.000 euros).
Se proyectaba también que la estación actual se destinaría únicamente al servicio de mercancías.
He aquí, pues, cómo varios organismos “han pasado” de Segovia, sin hacer en ella una esperanzadora “parada”, como asimismo se pasó de la tan solicitada y muy interesante para nuestra provincia, construcción de un túnel por Navacerrada, cuestión que se empezó a gestar en 1956 cuando en la edición de este periódico del día 15 de Junio se publicaba en primera página un editorial bajo el título “El túnel que Segovia necesita”, ante la solicitud que acababa de formularse de hacer uno bajo el Guadarrama. Los órganos políticos y económicos de la provincia se volcaron para pedir el túnel por Navacerrada, siguiendo el que es paso natural de la sierra por la Fuenfría, y alegándose que se facilitaría la comunicación de la provincia con el Norte y Noroeste de España.
Pero todo esfuerzo, y fue grande, resultó inútil. Se dijo entonces que el mismo Franco era partidario de construir este túnel, pero “fuerzas” al parecer muy poderosas, impusieron el de Guadarrama. Otro “tren” que perdimos. Y seguro que seguirán muchos más, ante la eterna y escasa fuerza política de nuestra provincia…y sus representantes.
