El deporte segoviano trasciende fronteras por los éxitos de sus representantes, pero también por localizaciones que son referencia en especialidades concretas y recordadas por todo el país como plazas con encanto. Me gusta llamarlos templos.
El Prado del Campo de La Vega es el escenario del cross de Cantimpalos, una de las pruebas con más solera del calendario nacional y que ha cumplido cincuenta años este 2022. Una exaltación del atletismo para pequeños y mayores. Pese al frío, la lluvia, o los dos dedos de barro. Hay que vivirlo para entenderlo. Gloria a todos aquellos que lo mantienen vivo. Y al chorizo, ese manjar.
El Guerrer@s Naver@s tiene poca historia, pero en esa instalación hacen magia cada quince días. Es una suerte de brujería. Los amigos del Frente Navaverde crean una atmósfera inigualable en torno al balonmano. De las que marca goles con el brazo ejecutor del Prokop de turno y agiganta la figura del guardián de la jaula, hoy Patotski y ayer tantos otros.
Al Frontón Nuevo de Vallelado lo conocen en toda la España pelotera. Allí exportan campeones del mundo y pelean contra gigantes con un respeto mayúsculo por la tradición. El sonido de la pelota al rebotar no lo olvidas nunca.
Termino en La Catedral. Lo vivido en el Pedro Delgado por varias generaciones de segovianos no tiene parangón. Legendarias batallas con los mejores jugadores de la historia del fútbol sala, deporte que ha involucionado hasta el llanto. Entrar a la cancha, en silencio, ir al centro mismo y cerrar los ojos. Sigue latiendo, lo he vivido, esperando tiempos mejores que están por venir. Seguro.
