Las caras de emoción y nervios no se podían disimular entre los niños de la villa, que volvían a las aulas tras más de seis meses sin acudir desde que se suspendiera la docencia presencial por la pandemia. A las 9.00 de la mañana, los colegios Santa Clara, La Villa y San Gil iniciaban su actividad recibiendo con todas las medidas de seguridad a los alumnos. A pesar de la emoción, la cautela ha predominado entre los familiares, que han contenido a los pequeños para no formar acumulación de personas en la puerta. Para ello se han activado todos los protocolos que exige la Junta de Castilla y León, empezando por la entrada escalonada de alumnos, marcada por los profesores. Desde las 8.55 horas a las 9.15 horas, los alumnos han entrado libremente pero siempre vigilados por los docentes. Así se ha realizado en el CEIP San Gil, donde la escalinata de entrada volvía a recibir a los alumnos y los profesores esperaban dentro. No obstante, se ha entrado por tres zonas, según la localización de los cursos y sus aulas.
Ningún adulto puede acompañar al alumno al centro, ni acceder al recinto -excepto los de Infantil, caso en el que solo podrá acudir un progenitor o adulto-. Así, queda prohibido acceder al centro sin cita previa, ya sea con los tutores, especialistas o equipo directivo; por supuesto, quien acceda al centro deberá hacerlo con mascarilla y pasar un control de temperatura, como han hecho los pequeños. Como explicó la directora del centro, Noa Ladrón, los padres y madres de los alumnos han podido comprobar cual es la zona de entrada y salida de sus hijos en la web del centro, así como la disposición para los recreos. El patio se ha dividido en zonas por cursos y clases, con dos para los de Sexto de PRimaria, dos para los de Cuarto, una para los de Quinto y Segundo, dos para los de Tercero y una para los de Primero, que ya se encuentra en otro patio separado junto a los de Infantil.
La directora del centro ha reconocido la dificultad en la organización de todo el centro para preservar la seguridad de los alumnos y profesores, que con mucho esfuerzo han logrado dejar todo a punto para este primer día. La señalización en el suelo es también otro de los métodos para aislar grupos. Escaleras y zonas comunes cuentan con la señalización necesaria para que los alumnos suban por distinto sitio al que se baja, por ejemplo. Como en los otros dos centros, una trabajadora de limpieza se encargará de la desinfección continua de zonas comunes y zonas de contacto, como pomos y barandillas.
La directora del centro detallaba igualmente que se han establecido dos turnos de comedor, así como horarios de recogida que dividen a los alumnos en una primera tanda para los de Infantil, Primero, Segundo y alumnos transportados, y otra segunda tanda para el resto de alumnos (de Tercero a Sexto). Por otro lado, todos los talleres han quedado suspendidos en este primer trimestre, a la espera de ver cómo evolucionan las medidas de seguridad.
Para todos ha comenzado un curso extraño pero que en el que las ganas de volver, tanto de padres como de niños, se han multiplicado. A pesar de la cautela, muchos han reconocido a la puerta del colegio que todos ansiaban volver a las aulas: ver a los compañeros y recuperar la rutina era el objetivo de las familias, que esperan poder mantenerla sin incidentes.
